El amor a Walesa

En primer lugar quiero agradecerle los artículos que publican de Benedetti, Cortázar, Galeano y otros más, incluido García Márquez; no sé si sabía que es una especie de privilegio para un latinoamericano leer algo que está prohibido para Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay, etcétera. Pero en segundo lugar tengo que darle un tironcito de orejas por la manija que le están dando a Polonia y a ese Walesa, que hasta... en el Pronto salió.Porque si todos los días le dedican una página a este sujeto, cuya organización debe estar en trámite, y minimizan a Turquía y a todos los sindicalistas del mundo (presos y libres), creo que se están poniendo un poquito del lado de la histeria de la reacción.

Acá mismo hubo un sindicalista (Marcelino Camacho) que pasó creo que catorce años en la cárcel, y, sin embargo, Occidente apenas se manifestó por su liberación. Quizá Marcelino no arrastraba esos hipotéticos 10.000.000 de afiliados, pero tampoco le dejaron organizarse con la libertad que lo hizo Walesa.

Y cuando escriban sobre Polonia no se olviden de denunciar cuántos analfabetos hay, cuántos parados tienen (a ver si se animan, ¿eh?).

Hoy, Walesa está libre, espero que de ahora en más dediquen artículos, enciendan velitas y manden corresponsales a los países donde haya sindicalistas presos, y, por supuesto, vayan a Turquía (si los dejan entrar)/ Argentino.