_
_
_
_
Reportaje:GALICIA

Las islas Cíes, una reserva de aves que se extingue ante la invasión turística

El guarda ha nacido en la isla, conoce todos sus secretos, lanza al mar su barco y del mar obtiene sus provisiones. Sólo él, su familia y el farero. Pero en verano ya es otra cosa: le invaden su mundo, las guitarras rasgan el silencio de la noche, arden los árboles, escasea el agua, se amontonan los detritus... Se intenta ahora recuperar para estas islas la identidad que con el tiempo se ha ido degradando, preservar sus riquezas naturales, devolverle la paz que ha perdido. Y para hacerlo le han dado un aire de patio grande de internado, sembrado de cartelones: "Se prohibe llevar perros", "se prohibe hacer fuego", "se prohibe...".Las dos islas, San Martín y Monteagudo, distan siete millas -algo más de doce kilómetros y medio- del puerto de Vigo. Las dos empresas que se disputan, a veces con procedimientos censurables, el tráfico de la ría, se pelean también por llevar viajeros a las islas. Ofrecen los billetes desacreditando al competidor: "Si viaja con la otra compañía y el barco se avería, no tendrá quién le recoja; nosotros tenemos más barcos...". La distancia se cubre en poco tiempo y ya estamos ante las islas, que franquean el paso a la bahía viguesa.

5.000 personas al día

En la de San Martín no hay muelles ni servicios; únicamente recibe unas pocas familias que tienen allí sus casas de veraneo. La gran infantería que acude a disfrutar de un día de playa y monte se concentra en la isla de Monteagudo. Hasta 5.000 personas llegaron a juntarse en un solo día para disputarse unas playas insuficientes e intentar beber de un agua que no da para tanto.La riqueza forestal es escasa. La vegetación se reduce al pino y la acacia, que va invadiéndolo todo y que ahora empieza a ser controlada. El azote de los vientos y el salitre, por otra parte, hacen difíciles nuevas plantaciones, y ha de aprovecharse la protección de los árboles existentes para ir plantando árboles distintos, robles, castaños y fresnos, en pequeños núcleos, para eliminar más tarde los árboles que les han servido de pantalla una vez que aquéllos se fortalezcan y adapten al medio. Hay que destacar, en cambio, la presencia de camariñas, unos arbustos que son ya escasos en esta tierra.

Islas de las palomas

Más valor adquiere la fauna. Las Cíes se conocen también por islas de las palomas, porque constituyen un hito en los movimientos migratorios de estas aves. Se sitúa aquí, además, la colonia de gaviotas más importante de la zona. Con las Sisargas, las islas Cíes son los únicos lugares en que se avista el arao, ave en trance de desaparición, y tienen como huéspedes importantes especies insectívoras, como el herrerillo y el carbonero, o pájaros cantores, como el verderín.La conservación de esta riqueza, como también de unos restos arqueológicos aún sin investigar, son las razones básicas por las que recientemente las islas adquirieron la condición de parque natural. Una junta rectora en la que están representados el Ayuntamiento de Vigo, Icona, Ministerio de Cultura, sociedades ecologistas y un representante de los aproximadamente cuarenta propietarios, se ocupa de su control y está pendiente de que se dé aprobación a unas normas de régimen interno y de explotación del parque.

Sobre todo se intenta limitar el número de los visitantes a 3.000 diarios. Se han intensificado los controles para evitar ciertos desmanes que llegaron a convertir la isla en lugar peligroso, y se ha organizado un servicio de limpieza con una lancha que durante la temporada estival traslada diariamente los detritus a Vigo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La primera playa nudista

La llamada playa de los Alemanes, en la isla de Monteagudo, fue la primera playa nudista de Galicia, hasta que un buen día el gobernador civil prohibió el desnudo, en las playas. A pesar de ello, la rigidez se va cambiando por una cierta tolerancia.Por otra parte, se han regulado las acampadas, que ahora son obligadas en el único camping de la isla, con capacidad para mil personas. Antes, las tiendas eran plantadas en cualquier lugar de la isla, se improvisaban campamentos hippies, y se desató la violencia, llegando a registrarse la muerte de un joven en el transcurso de una pelea. Cuatro números de la Policía Nacional se ocupan ahora de la vigilancia, y se cuenta, además, con un equipo de catorce personas de Icona y de otras treinta que acuden a campamentos del Ministerio de Cultura.

Desde que la Junta Gestora inició sus trabajos, la inseguridad quedó superada, el aspecto de la isla se va mejorando y se consolidan las posibilidades de conservar su fauna. Desechado un proyecto que se acariciaba para construir un gran puerto deportivo, la nueva política es contraria a consentir cualquier tipo de construcción. Los servicios se reducen, además de un camping que dispone de supermercado y restaurante, a un bar con baile y una taberna. Se pretende que lo demás pueda ser conservado en su estado natural. Eso sí, no es previsible que en un plazo razonable puedan ser suprimidos los carteles en los que se prohiben cosas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_