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ASTURIAS

Un fallo de las máquinas encartuchadoras pudo causar la explosión en La Manjoya

Técnicos de la empresa Explosivos Río Tinto, de Galdácano, estudian minuciosamente los posibles fallos de las máquinas encartuchadoras de Goma 2, uno de los cuales produjo cuatro muertos en la explosión registrada el pasado día 8 en la fábrica de La Manjoya, situada a cinco kilómetros de Oviedo, según pudo saber este periódico en fuentes próximas a la dirección de esta última factoría.

Las máquinas encartuchadoras semiautomáticas realizadas en Galdácano son utilizadas en la fábrica vizcaína y en la de La Manjoya, y un contingente de ellas es destinado a la exportación. De ahí el máximo interés por detectar las posibles averías generadoras de chispas o calentamientos excesivos capaces de provocar explosiones que, como la ocurrida recientemente en La Manjoya, producen la muerte instantánea de cuantos trabajan en este tipo de talleres. Las actuales invetigaciones se centran básicamente en dos elementos de las máquinas: el embrague y el eje. Un fallo del primero o un desplazamiento del segundo o la conjunción de ambos factores podrían causar este tipo de accidentes, aunque todavía no se descartan idefinitivamente otras motivaciones.Anteriormente la Goma 2 era encartuchada con máquinas popularmente denominadas churreras o choriceras, que trabajaban ininterrumpidamente, pero éstas han sido sustituidas por las semiautomáticas, dotadas de un pedal, accionado por un trabajador, que empuja la pasta haciéndola pasar por las hélices para salir por un tubo hacia los cartuchos. Cuando se produce una resistencia grande, el embrague patina y las héIices dejan de funcionar, evitando el calentamiento.

Pese a todos los mecanismos de seguridad a que hace referencia de forma reiterada el director de la fábrica de La Manjoya, Federico Olascoaga, cada día parece tomar mayor consistencia la tesis de que la última explosión se produjo en la máquina o, en cualquier caso, en un lugar muy próximo a eIla, porque ha quedado totalmente fragmentada en trozos pequeñísimos, dispersos por el monte de la Zorera. Los estudios realizados hasta ahora en los laboratorios de Galdácano y las pruebas efectuadas en La Manjoya, fábrica también de Explosivos Río Tinto, descartan, en principio, el mal estado de la pasta de Goma 2, una de las hipótesis inicialmente barajadas. Por su parte, los trabajadores tienen muy serias dudas de que se haya producido un fallo humano en la manipulación de la máquina, porque las tres personas que la atendían (un hombre y dos mujeres) eran expertos muy cualificados.

Federico Olascoaga manifestó a este periódico que es lógico que Explosivos Río Tinto investigue la posibilidad de cualquier fallo en sus máquinas, para adoptar inmediatamente, en su caso, las correcciones oportunas. "A los técnicos", agregó, "les parece imposible que el diseño de estos aparatos haya dejado suelto algún cabo que permita la explosión. Las churreras, que actuaban de forma continua, fueron sustituidas por las semiautomáticas para evitar el calentamiento.

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