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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La cirugía estética de los mongólicos

En relación a la prepotente contestación del artículo de Angeles Maestre escrita por Matilde Domingo Soriano, publicada el domingo día 14 de noviembre, quiero a mi vez hacerle algunas observaciones a mi entusiasta colega:1. No considero acto terapéutico una acción médica o quirúrgica que no vaya encaminada a solucionar o corregir total o parcialmente la causa o sintomatología dañina de una enfermedad. Una intervención estética en un trisómico no lo es.

2. Toda intervención quirúrgica conlleva riesgos y posibles complicaciones, que en algún caso pueden ser fatales. Los trisómicos no son objetos ni animales; son personas y eso conviene recordarlo, porque las intervenciones craneofacíales son largas y delicadas y los riesgos son grandes. Una necesidad quirúrgíca sólo vendría indicada por la adición de alguna otra patología o malformación sobreañadida que pusiera en peligro su vida. No a la eutanasia indirecta o intentos de la misma.

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3. La disimulación del aspecto que aparece en este síndrome no resolvería en nada su situación, y muy posiblemente la empeoraría. A un niño mongólico se le corrige cariñosamente una falta que, de proceder de otro niño de aspecto normal, podría interpretarse por una persona desconocida como una gamberrada, a menos que llevara un cartel al cuello que expusiera claramente su condición de trisómico. Situación ésta mucho más lesiva que la de un aspecto fisico al cual están acostumbrados desde su nacimiento y que no produce extrañeza en ellos. La única indicación y falsa éticamente es la vergüenza social y absurda de unos padres.

4. La cirugía estética se practica en pacientes con plena consciencia de la intervención a que se les va a someter; generalmente, adultos y, por supuesto, con su conocimiento y consentimiento. No confundir con la necesaria cirugía reparadora de las malformáciones y defectos congénitos, en la cual los pacientes suelen ser menores y los padres deben dar su autorizacíón.

5. Sí a la prevención de malformaciones y subnormalidades. No al aborto.

Que conste que está muy lejos de mi idea e intención herir orgullos o sentimientos ni entrar en polémicas. Esta es mi humilde opinión, aunque haya gustos para todo. / Cirujano plástico.

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