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Relevo en el Kremlin

El pragmatismo, al poder

El nuevo líder del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), Yuri Andropov, tiene fama de pragmático y liberal. Lo de pragmático puede entenderse, pero ¿qué significa ser liberal en la Rusia de hoy?Los periodistas más audaces afirman que ha sido el propio Andropov quien ha difundido estas supuestas características suyas. Oportunidades no le han faltado: el KGB (Comité para la Seguridad del Estado) tiene técnicos experimentados en propaganda y él ha dirigido este organismo durante 15 años.

Precisamente abandonó su presidencia el pasado mes de mayo para, según muchos, demostrar que él era algo más que un policía profesional. Poco antes -exactamente el 22 de abril- había leído el discurso conmemorativo del 112 aniversario del nacimiento de Lenin.

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La tradición marca que el discurso de esa fecha sea de marcado carácter ideológico. Y, precisamente, la ideología soviética se encontraba huérfana desde finales de enero, cuando murió Mijail Suslov, reputado guardián de la ortodoxia. Este detalle no se le escapó a los observadores extranjeros en Moscú -siempre a la caza de síntomas-, que comenzaron a dar el nombre de Andropov como posible sucesor de Breznev.

Importantes rumores se repetían por aquellos meses: se había iniciado una serie de redadas anticorrupción, y en ellas cayeron dos personas relacionadas con Valina Breznev, la hija del líder desaparecido. Entre tanto, fuentes oficiosas afirmaban que el vicepresidente del KGB Semió Tsvigun -que no había podido soportar la noticia- había acabado suicidándose.

Nada es casual en el Kremlin. Por tanto, todo parecía indicar que se había desencadenado la lucha por el poder. Alguien -aún se ignora con certeza quién- tenía interés en desprestigiar a la familia del líder y airear además el asunto.

Determinados círculos oficiosos soviéticos no escondieron cierto contento después de la muerte de Suslov. "Se acabó la era de los viejos ideólogos. Ahora es la oportunidad de los pragmáticos", comentaban. Para desvelar el nombre de la persona que podría suceder a Breznev sólo había, pues, que descubrir al pragmático.

El uso de los datos

Todos los indicios señalaban a Andropov, quien, durante los últimos meses, iba acercándose cada vez más al puesto preferente reservado para Breznev en las ceremonias oficiales. El pragmatismo del nuevo secretario general del PCUS tiene fácil explicación. El KGB -que él presidió durante tanto tiempo- tiene fama de ser el único organismo soviético que posee datos exactos sobre la situación real en la URSS. Como en cualquier otro servicio de inteligencia, sus agentes se dedican también a labores estadísticas, que poco se parecen a las que dan fama a su oficio.Y, al parecer, son más escrupulosos en su trabajo que los funcionarios del partido, que están más interesados en reflejar supuestos éxitos que en descubrir la realidad. De este modo, Andropov habría conocido mejor los problemas de su país, que vería a través de su tan pregonado pragmatismo, en lugar de hacerlo con filtros ideológicos, como el fallecido Suslov.

Así, Anidropov habría llegado a la conclusión de que era necesario introducir ciertas reformas económicas, como sucedió en Hungría, país en el que fue embajador durante el difícil período de la rebelión magiar. De esta defensa de las reformas económicas -que introduciría un minúsculo sector de economía privada y que auxiliaría a la lenta maquinaria estatal- le viene su fama de liberal.

Lo de liberal no quiere decir que en la era Andropov se aligere la represión contra los disidentes, con los que el KGB fue implacable durante los quince años en que él fue su presidente.

Sin embargo, no hay que descartar que ahora el Kremlin se pensara más que antes algunas decisiones enérgicas, como la de la invasión de Afganistán, que tantos costes le ha supuesto.

La llegada de Andropov a la cúpula del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) implicará también un rejuvenecimiento del Politburó. Y este hecho biológico no dejará tampoco de tener consecuencias en un país que viene siendo gobernado por hombres que, en su mayoría, superan al menos los setenta años.

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