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Controversia en Bonn sobre el rearme nuclear de la OTAN

Las palabras del ministro de Defensa federal alemán, el democristiano Manfred Woerner (CDU), en Washington de que aunque lleguen a estacionarse los nuevos cohetes atómicos en Europa se podrían continuar las negociaciones de desarme, provocaron en Bonn una reacción inmediata de la oposicíón socialdemócrata (SPD). Los socialdemócratas consideran que Woerner ha quitado con sus declaraciones la presión sobre Estados Unidos para llegar a un acuerdo en las negociaciones de desarme de Ginebra.

Los democristianos y el Gobierno federal creen que en el SPD se ha puesto en marcha la oposición al doble acuerdo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La CDU acusa a los socialdemócratas de intentar colgarles el sambenito de partido de los cohetes cara a las eleccíones federales del 6 de marzo.

El doble acuerdo del 12 de dicíembre de 1979, que prevé el estacionamiento de los nuevos cohetes Pershing 2 y misiles Crucero en Europa para finales de 1983, y al mismo tiempo negociar el desarme para lograr un equilibrio, deja abierta la puerta a matizaciones que, con el cambio de Gobierno en Bonn, han llevado a una primera controversia.

La coalición social-liberal (SPD-FDP) acentuaba la parte del acuerdo que habla de negociación, y el estacionamiento se decidiría a la vista del resultado de esas negociaciones. El nuevo Gobierno democristiano-liberal (CDU-CSU-FDP) interpreta que el doble acuerdo impone un auto matismo: si en la fecha fijada, a fi nales de 1983, no hay acuerdo en Ginebra, se estacionan los nuevos cohetes, sin más.

Los hechos consumados

El ministro Woerner dijo en Washington algo aparentemente trivial: "Si se estacionan, se podrá seguir negociando". Con estas palabras de Woerner, en opinión del SPD, se abandona la presión que siempre había ejercido el anterior Gobierno sobre Estados Unidos para negociar seriamente el desarme en Ginebra.Egon Bahr (SPD), el cerebro de la ostpolitik de Willy Brandt, cree que de esta forma se puede llegar al estacionamiento y luego seguirían largos años de negociaciones sobre los cohetes, lo mismo que en Viena se negocia sobre el desarme convencional, sin éxito, desde 1973. Con los nuevos cohetes estacionados, la situación sería prácticamente irreversible.

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El diputado socialdemócrata Karsten Voigt declaró ayer que Woerner "ha suprimido la insistencia para un desarrollo rápido de la negociación y al mismo tiempo intenta preparar a la opinión pública psicológicamente para un fracaso de las negociaciones de Ginebra".

El Gobierno, por boca de su portavoz, salió en defensa de las declaraciones de Woerner, e insistió en que Bonn desea un éxito de las negociaciones para evitar que se llegue al estacionamiento de los Pershing 2 y los misiles Crucero.

Los democristianos suponen que el SPD ha iniciado un viraje cara a las elecciones del 6 de marzo e intenta presentarse ante el electorado como el partido pacifista, opuesto al estacionamiento de los nuevos cohetes atómicos.

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