Las centrales térmicas pueden reducir drásticamente sus compras de carbón

Las centrales térmicas podrían verse obligadas a reducir drásticamente las compras de carbón a partir de enero, si el Gobierno no prorroga, como estaba previsto, la línea de financiación de existencias de este producto, almacenadas desde la aprobación del Plan Energético Nacional (PEN). El valor de éstas, a los precios actuales, es de unos 60.000 millones de pesetas, equivalentes a doce millones de toneladas, de los que más de la mitad corresponden a la provincia de León: centrales de Ponferrada (Endesa) y Anllares del Sil (Fenosa).

La patronal de la minería de antracita ha denunciado públicamente el riesgo de derrumbamiento del sector que supone la negativa gubernamental. Los empresarios habían solicitado hace un mes respuesta a la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, insistiendo luego por telegrama al Ministerio de Industria, al propio Calvo Sotelo y al futuro presidente, Felipe González. Ante el anuncio de que las térmicas, que, a su vez, pidieron las mismas explicaciones, iniciarían una reducción "transitoria" de los niveles de compra de carbón, los empresarios aseguran no disponer de recursos financieros propios para mantener el ritmo de producción de las mismas, muchas de ellas endeudadas en costosos planes de expansión surgidos del PEN.

A la vez advierten sobre el peligro de llegar a una situación límite similar a la de 1979, con conflictos laborales y de orden público, cuando las dificultades financieras de las térmicas impidieron a las mineras pagar sus nóminas.

La línea de créditos oficiales habilitada hace tres años tiene un coste próximo a los 4.000 millones de pesetas, según las mismas fuentes. Al menos Fenosa no ha percibido tampoco las cantidades correspondientes a los dos últimos trimestres de 1981 y la totalidad de 1982, lo que agrava las perspectivas del sector a corto plazo.