El PSOE se propone acabar con el fraude en la fiesta de los toros, según el senador Juan Antonio Arévalo
El PSOE se propone combatir el fraude y la corrupción en la fiesta de los toros y terminar, en breve plazo de tiempo, con todas las lacras que la han llevado a la decadencia y han propiciado en los diversos estamentos del espectáculo, principalmente el profesional, una situación de injusticia. Así nos lo ha manifestado el senador del PSOE por Valladolid, Juan Antonio Arévalo, quien durante la campaña electoral fue portavoz de la política taurina del partido.
Arévalo es el político que con sus interpelaciones al Gobierno consiguió que se llegara a la inhabilitación de ganaderos culpables de afeitado. Este periódico denunció que a varios ganaderos multados por afeitado, les era aplicable la inhabilitación que prevé el vigente reglamento y, paralelamente, Juan Antonio Arévalo interpeló reiteradas veces al Gobierno sobre la misma cuestión, hasta que éste se vio obligado a reconocer que, en efecto, la inhabilitación era procedente, e impuso la correspondiente sanción a tres criadores de reses bravas.Arévalo opina que esta misma tardanza de la Administración en reaccionar ante un fraude evidente demuestra el poco interés que UCD (y, más aún, la dictadura) tuvo no sólo por la fiesta de los toros, sino por acabar con unas corruptelas en las que estaban implicadas muchas personas. Y añade: "Esto es, precisamente, lo que no hará el PSOE, puesto que va a gobernar con un propósito firme de autenticidad y honestidad".
Parece obvio que dentro de una política de prioridades no entre el saneamiento y promoción de la fiesta, cuestiones que, desde el Gobierno, pueden considerarse menores o fragmentarias, una preocupación que ya han manifestado públicamente las representaciones de aficionados.
Juan Antonio Arévalo afirma, sin embargo, que este tema se solucionará, al margen de la política de prioridades: "La aplicación del reglamento corresponde, como es sabido, al Ministerio del Interior. Aunque nuestro criterio es que deben recogerse las diversas competencias sobre el espectáculo que están desperdigadas por múltiples departamentos y formar con ellas un organismo unitario -lo cual quizá tarde en hacerse-, ello no implica, en modo alguno, que la fiesta pueda quedar desamparada El Gobierno va a gobernar y, en consecuencia, el normal ejercicio de las competencias que corres ponden a Interior hará que el re glamento se cumpla desde el pri mer día en todos sus extremos con mayor rigor en lo que respecta a la erradicación del fraude".
La suerte de varas
Otra incógnita en el mundo de los toros es si el PSOE abordará la reforma de ese reglamento, vigente y nunca cumplido en sus veinte años de vida, la cual iniciaron anteriores gobiernos y sólo llegaron a plasmarla en diversos anteproyectos, sin decidirse a aprobar ninguno. Esta es la opinión de Juan Antonio Arévalo: "No se ha llegado en el partido a estos detalles, aunque por mis cambios de impresiones con la ejecutiva deduzco que se hará la reforma, pero no al estilo de UCD, que reunía a los profesionales, sometía a votación sus pareceres y lo que salía era un conglomerado de particularísimos intereses que desvirtuaban totalmente la misma naturaleza de la fiesta"."Desde luego", sigue diciendo Arévalo, "oiremos a todas las partes interesadas, pero el reglamento que finalmente se publique será de responsabilidad exclusiva del Gobierno. Como aspecto fundamental del mismo estará la estructuración definitiva de la suerte de varas y, además, arbitrará fórmulas para que la lidia del toro se desarrolle en plenitud; garantizará que todas las corridas se organicen con absoluta seriedad; las sanciones serán inmediatas y ejemplares en los casos de fraude; cesarán los comisarios de policía en su codición de presidentes y esta función la ejercerán aficionados, los cuale habrán de seguir, previamente cursillos de formación y demostrar su capacidad para desempeñar tan importante cometido".
En cuanto al fraude del afeitado, propone que el análisis de las astas se efectúe en un plazo breve (no mayor de ocho días), precisamente en laboratorios especializados de la circunscripción donde se haya celebrado la corrida, y que los resultados se hagan públicos sin ningún tipo de demora. Las multas serán por igual al empresario y al ganadero, y a la tercera se procederá a la inhabilitación de ambos. "Entiendo", dice Juan Antonio Arévalo, "que simplemente con la dignificación de las corridas se habrá conseguido la promoción de la fiesta".
"La fiesta posee recursos sobrados para autopromocionarse", añade el senador del PSOE, "sin necesidad de que la ayuden los poderes públicos. Lo cual no impide, desde luego, que entendamos deseable la revisión de las cargas fiscales en determinado tipo de festejos o, en otro orden de cosas, que convenga incentivar ganaderías cuando mejoren la selección de la casta, que se fomente el asociacionismo entre los profesionales del toreo, que los medios de comunicación del Estado den más información taurina y la televisión produzca programas didácticos sobre los toros, entre otras acciones". "En cualquier caso", afirma, por último, Juan Antonio Arévalo, "el mundo taurino no va a ser ni la excepción ni el pariente pobre en esta etapa socialista.
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