El nuevo Congreso norteamericano será un elemento moderador de la política de Reagan

La composición del nuevo Congreso norteamericano, con amplia mayoría demócrata en la Cámara de Representantes y refuerzo de los liberales en el Senado, será un elemento de moderación en la futura política de Estados Unidos, aunque el presidente Ronald Reagan promete mantener su programa económico y militar.

Comentando el resultado de las elecciones del pasado martes, Reagan mostró un tono conciliador con el nuevo Congreso, pero, según fuentes de la Casa Blanca, no piensa variar las líneas principales del presupuesto federal para 1983, donde el aumento del gasto para la defensa y la política de reducción de impuestos se convertirán en factores de enfrentamiento entre el Congreso y la Casa Blanca.Los síntomas de que algo deberá cambiar en la Administración Reagan tras estas elecciones, aparecen en el interior del propio partido del presidente. "Reagan será más conciliador con el Congreso en los próximos dos años", declaró el ex presidente republicano Richard Nixon, comentando el resultado poco brillante de los republicanos.

Difícil misión del Senado

El líder de la mayoría republicana en el Congreso, el senador Howard Baker, consideró que le será "más difícil" al Senado -controlado por los republicanos-, hacer de puente entre las propuestas de la Casa Blanca y los debates de la Cámara de Representantes.Baker, senador por el Estado de Tennesse, prevé que la futura Cámara de representantes será más anti-Reagan en varios capítulos. En el gasto para la Defensa, por ejemplo, donde las propuestas de la Casa Blanca piden un incremento del 7% anual y que la Cámara baja podría intentar reducir en el 4% o el 5%. En el capítulo de la Seguridad Social, donde la Casa Blanca quiere limitar los servicios debido a la "bancarrota" técnica a que está encaminado el sistema. Incluso en el asunto de las negociaciones de armamento con los soviéticos. En este sentido, los observadores destacan el hecho de que el referéndum en pro de una "con relación de armas nucleares" obtuvo resultados afirmativos en ocho de los nueve Estados en que fue materia electoral.

Forzar a Reagan a mayores compromisos

"Forzaremos a Reagan a mayores compromisos", dijo Chares Manatt, presidente del comité del Partido Demócrata. Calificó la victoria de su partido en la Cámara de Representantes, donde ganaron veintiséis escaños, como un refuerzo del ala liberal. Opinión que no comparten los republicanos, cuyos analistas estacan que, por lo menos, doce congresistas demócratas, procedentes de los Estados del Sur, pueden considerarse como virtuales partidarios de votar al lado de los republicanos, en la natural coalición "conservadora", al margen de partidismos. Tal fue la estrategia que, con grandes malabarismos, utilizó Ronald Reagan para obtener mayoría en la Cámara en la pasada legislatura.Otro dato que hará, posiblemente, que las políticas de Ronald Reagan sean algo más "flexibles", es la neta progresión de los demócratas en los puestos de los demócratas en los puestos de gobernadores. Los demócratas ganaron veintisiete escaños estatales, de los 36 en disputa. "Bloquearemos el nuevo federalismo de la Administración Reagan", afirmó Charles Manatt.

Nuevo federalismo

En aras de una economía presupuestaria en el gasto federal, la Administración Reagan reforzó las estructuras federales norteamericanas, naciendo la doctrina del "nuevo federalismo". Pero, en época de crisis económica, los Estados se encuentran, en realidad, con que la nueva tesis federalista no es otra cosa que cargarles sus responsabilidades, al tiempo que se les recortan los fondos procedentes del presupuesto.Ante el nuevo panorama político, Ronald Reagan cuenta con el importante argumento de la posible recuperación de la economía norteamericana. Si continúa la euforia marcada en la histórica jornada del pasado miércoles en Wall Street, donde la bolsa subió a niveles nunca vistos, Ronald Reagan tendrá en el bolsillo la mejor carta política para jugarla en su partida de póquer frente a una Cámara baja que le es adversa.

La verdadera batalla comenzará a finales de enero, cuando se forme oficialmente el 982 Congreso de Estados Unidos. Pero será ya a partir del próximo 29 de este mes, con la continuidad de los trabajos en la Cámara actual, donde se marcarán las nuevas tendencias de la política norteamericana.