Francia exigirá a partir de hoy visado a los ciudadanos iberoamericanos
Francia se dispone a revisar su política de concesión de visados para reforzar el control sobre los extranjeros que entran en su territorio, y a partir de hoy se exigirá visado de entrada a todos los ciudadanos de países iberoamericanos, medida que será ampliada posteriormente a ciudadanos de otros países, principalmente de Oriente Próximo, se informó ayer en fuentes seguras.
Josep Franceschi, recientemente elegido secretario de Estado para la Seguridad Pública, había indicado ya que se modificaría el régimen de concesión de visados en el marco de la lucha contra el terrorismo.
Franceschi anunció también el refuerzo de los controles y un aumento de los efectivos policiales en las fronteras.
A partir de hoy, todos los ciudadanos de México, Argentina, Brasil y Colombia que viajen a Francia, incluso para una corta visita turística, necesitarán un visado para entrar en el país. De esta forma, se extiende la exigencia de visado a todos los países iberoamericanos.
Hasta ahora, Francia exigía visado a la mayoría de los países asiáticos, de la zona anglófona de Africa, y a la mayoría de los países del este de Europa. Los países de Europa occidental, la zona francófona de Africa y los países del Magreb estaban exentos de visado. Según fuentes seguras, los ciudadanos de Europa occidental o del Africa francófona no necesitarán visado, aunque puede que sea revisada la situación de los países del norte de Africa.
Un visado especial para residentes extranjeros
En cuanto a los residentes extranjeros en Francia, se estudia la creación de un visado especial que concederían las prefecturas "para facilitar su entrada y salida del país".En enero de 1982, estaban censados en Francia como extranjeros residentes 4.220.000 personas de 123 países, lo que supone un 851 de la población total francesa.
La lucha antiterrorista ha sido invocada oficialmente para justificar estas medidas restrictivas contra los iberoamericanos.
Sin embargo, los observadores subrayan que estas medidas permitirán un control más estricto de la entrada de extranjeros, en un momento en que Francia y los países vecinos luchan contra la crisis económica y el desempleo.
El primer ministro francés, Pierre Mauroy, ha anunciado la intención de su Gobierno de reforzar la lucha contra el empleo de extranjeros sin contrato de trabajo autorizado.
El número elevado de trabajadores en paro en Europa occidental -más de 16,5 millones en 1982, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)- refuerza la tentación de los Gobiernos de restringir la entradla de mano de obra extranjera. Medidas similares han sido adoptadas; por países como Bélgica y Suiza.
Las dificultades económicas unidas a la oleada de atentados terroristas, han cambiado sensible mente la tendencia en favor de la liberalización del movimiento de personas que se manifestó en los acuerdos alcanzados en Helsinki en el año 1975.
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