Dificultades en las negociaciones para convertir el hostal de los Reyes Católicos en sede oficial de la Xunta
Dos meses después de iniciadas las primeras conversaciones informales entre un representante de la Xunta de Galicia y directivos de la Empresa Nacional de Turismo (Entursa) para negociar la posible compra del hostal de los Reyes Católicos por el Gobierno gallego, ninguna de las dos partes ha conseguido avances sustanciales en una gestión orientada a dotar de su primera sede no provisional al Ejecutivo autónomo.
El desembolso exigido por la operación, que podría oscilar entre los setecientos y los ochocientos millones de pesetas, resultaría compensado, a juicio de altos responsables de la Xunta, por el ahorro de las importantes inversiones no patrimoniales que el Gobierno autónomo se ve obligado a realizar en concepto de alquiler de locales para las distintas consejerías, instaladas en su mayor parte en pisos de propiedad particular.La negociación, criticada desde diversos sectores ciudadanos que temen las consecuencias turísticas de la desaparición del más importante hotel existente actualmente en Galicia, es justificada por algunos miembros de la Xunta como el último recurso para situar en un edificio noble la presidencia y los principales departamentos del Gobierno autónomo. Fracasadas hasta ahora todas las gestiones para obtener del Ayuntamiento de Santiago la cesión del palacio de Rajoy un enorme edificio neoclásico situado frente a la catedral, en una de cuyas salas se asienta provisionalmente la presidencia del Gobierno gallego, únicamente la habilitación de uno de los institutos de enseñanza media traspasados a la Xunta permitiría a sus responsables disponer de sede propia.
El principal obstáculo que parece impedir un acuerdo entre Entursa y la Xunta sigue siendo la situación laboral en que quedarían los 170 trabajadores del hostal si la venta se llevase a cabo. Mientras Entursa pretende que el Gobierno gallego se haga cargo de la totalidad de la plantilla, sus interlocutores son partidarios de la construcción de un nuevo hotel de la cadena pública en Santiago, que permitiría absorber a los actuales empleados del hostal y mantener la oferta hotelera de Compostela.
Por otra parte, la clasificación del edificio como monumento histórico-artístico plantearía, de ser acordada la operación de compra, problemas adicionales a la hora de adaptar su distribución interior a las necesidades de funcionalidad de la presidencia y consejerías del Gobierno autónomo.
La provisionalidad en la instalación de las instituciones autonómicas gallegas -incluido el Parlamento, que utiliza dependencias del antiguo colegio de Fonseca, cedido durante dos años por la Universidad- es consecuencia directa de la larga polémica en torno a la elección de sede física a los centros de autogobierno.
Reformado durante la década de los cincuenta hasta su transformación en el más lujoso centro hotelero de Galicia, el primitivo Hospital real para peregrinos, construido en el año 1501 por decisión de los Reyes Católicos, ofrece una espléndida superposición de los estilos renacentista y gótico tardío. El edificio, que cierra con su fachada el costado de la plaza del Obradoiro situado a la derecha de la catedral, se encuentra, por lo demás, en perfecto estado de conservación. Su explotación como centro hotelero, muy deficitaria en principio, había llegado a equilibrarse en los últimos años, según Entursa. El nivel de ocupación alcanza como promedio el 80% de la capacidad total del hotel.
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