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López Portillo recibe la 'enciclopedia' del exilio español en México

El exilio español en México, 1939-1982, es desde el pasado martes una enciclopedia necesaria para saber algo de lo que hicieron en este país unos miles de españoles a quienes el presidente Cárdenas rescató de los campos franceses al término de la guerra civil. José López Portillo escribe en el prólogo que esta edición "pone de manifiesto la fecundidad de aquella decisión cardenista de acoger a los republicanos, una fecundidad de gran alcance, vinculada a las luchas del mundo por la democracia".Veintidós historiadores y periodistas, casi en su totalidad mexicanos, han trabajado durante cuatro años en esta obra, que el martes por la noche fue presentada en sociedad en el palacio presidencial. Tres generaciones de españoles-mexicanos abarrotaron la sala y fueron a la vez el mejor exponente de las profundas raíces que aquel exilio ha echado ya en este país.

De ahí que López Portillo diga que "la obra mexicana del exilio español pertenece a las dos naciones. De México y de España hay ingredientes en los logros de los refugiados y no podría nadie efectuar un deslinde entre unos y otros".

Uno de los momentos más emotivos del acto fue cuando el presidente descubrió entre los invitados a la viuda de Cárdenas, Amalia Solórzano, y la invitó a ocupar el estrado junto a él. El coordinador de comunicación de la Presidencia, Francisco Galindo, diría luego que los exiliados republicanos habían sabido "ser superiores en la derrota".

En nombre de éstos y de los autores del libro, Teresa Miaja, hija del general que defendió Madrid, explicó que a la hora de plantearse la edición ole esta obra tuvieron que optar por el esquema enciclopédico, único que les permitía abarcar todas las ramas de la ciencia y el arte que cultivaron los exiliados de la República.

Testimonio de un gran libro

"Contamos con un pasado español", dijo hablando ya en un tono más personal y en nombre de las gentes del exilio. "Aquí llegamos como españoles auténticos, con unos padres, una infancia y una formación de España. Pero somos un presente mexicano. Nos sentimos orgullosos de nuestro pretérito español y no menos orgulloso de nuestro presente mexicano. Somos testimonio elocuente de las raíces que extendió el exilio y que se incrustaron en tierra mexicana. Hay una influencia recíproca y fructífera en ambas direcciones".El voluminoso libro se planeó cuatro años atrás, a sugerencia del columnista Manuel Buendía, que escribió al presidente López Portillo una carta en los siguientes términos: "México debe a la inmigración española el testimonio de un gran libro. Todos cuantos en este país ejercitan la inteligencia están de acuerdo en que la inmigración española", es decir, la pléyade que vino a refugiarse como consecuencia de la guerra civil, "contribuyó a enriquecer nuestro país en todos los órdenes de las humanidades, el arte, las ciencias y el desarrollo tecnológico".

Desde estos supuestos, México parece haberse adelantado una vez más en el reconocimiento público de estos españoles, aunque esta obra servirá también, según escribe López Portillo, "a la cultura española peninsular de nuestros días, porque aquella nación debe recuperar la parte que le toca de los cuarenta años de exilio de varios millares de sus hijos". Esa recuperación debe iniciarse a partir de la gran exposición que sobre este exilio prepara el Ministerio de Cultura.

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