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Primera prueba electoral para la Administración Reagan / 3

Los negros norteamericanos, principales víctimas de la recesión económica

Los efectos de la crisis económica estarán presentes en la mente de la minoría negra norteamericana a la hora de acudir a las urnas, el próximo 2 de noviembre, para renovar el Congreso estadounidense. Todas las estadísticas coinciden en afirmar que los norteamericanos de raza negra son las principales víctimas de la recesión. Los líderes negros esperan aumentar su número de representantes en la Cámara de Representantes, que en la anterior legislatura contaban sólo diecisiete miembros, todos del Partido Demócrata, entre un total de 435 escaños.

El presidente, Ronald Reagan, alcanzó el 11 % del voto negro, en noviembre de 1980. Hoy, las estadísticas prevén que sólo el 7% de ciudadanos de raza negra aprueban la política de la Casa Blanca. Los recortes presupuestarios, que afectan en especial a las políticas de ayuda social, perjudican a la comunidad negra norteamericana.Sin embargo, el Partido Republicano no desespera en poder contar con varios escaños en el Congreso, que estén representados por políticos negros. Un total de doce aspirantes de la minoría negra acuden a las elecciones federales bajo la etiqueta del mismo partido que el presidente Reagan.

"Oficialmente, no hay racismo en la sociedad norteamericana", dice, en Washington, uno de los miembros de la organización negra dirigida por el reverendo Jesse Jackson. "Pero", añade, "la actual política del presidente Reagan tiene elementos de racismo, porque perjudica a los pobres, entre cuya mayoría se cuentan los negros".

El problema del desempleo, uno de los elementos que serán más sensibles a la hora del voto del próximo martes en Estados Unidos, marca sensiblemente a la comunidad negra. El paro afecta al 20,2% de la población negra (contra el 10,1% de media nacional) y llega hasta el 48,5%, entre los jóvenes de la misma raza.

La violencia entre la propia comunidad negra, sobre todo en los barrios urbanos más pobres del país, como el sur del Bronx o Harlem, en Nueva York, en Detroit, Chicago o Miami, es analizada por los líderes negros como una consecuencia del bajo nivel de vida de la población negra.

"Hace falta un líder negro"

"Hace falta un líder negro", comentan los seguidores de Jackson, uno de los hombres con mayor carisma entre la comunidad. Pero, desde el asesinato del pastor Martin Luther King, en 1968, los negros norteamericanos no cuentan con un personaje que aglutine las aspiraciones de esa minoría étnica de veinticuatro millones de norteamericanos, que equivale al 12% de población total.

El activo alcalde de Atlanta, Andrew Young, que fue ex embajador en la ONU durante la Administración del presidente Jimmy Carter, Vernon Jordan, presidente de la Liga Nacional Urbana y, sobre todo, el reverendo Jesse Jackson, son los principales en elevar la voz frente a políticas discriminatorias. Ya sean las actividades del Ku Klux Klan, el retroceso en la integración racial a partir del transporte escolar o en la aplicación de exenciones, fiscales a escuelas privadas que practiquen la discriminación racial.

El arrepentimiento de Wallace

En el contexto del voto negro destaca el peculiar caso de George Wallace, aspirante, por cuarta vez, al cargo de gobernador en el Estado de Alabama, uno de los más característicos del sur de Estados Unidos en historias de tensiones raciales, uno de los más desheredados de la Unión de Estados Unidos, con el puesto 47 en el ranking de pobreza de los cincuenta Estados de Estados Unidos.

Wallace, de 63 años de edad, parcialmente imposibilitado en su silla de ruedas, tras un atentado en 1972, cuando era candidato a la nominación para la elección presidencial, es hoy un prototipo del cambio de estilo entre los líderes blancos. "Me equivoqué", dice Wallace en su campaña electoral ante los negros de Alabama. Hoy promete luchar por la integración racial y por los derechos de la minoría negra en el Estado sureño.

Quedan lejos, en el olvido, los apoyos que recibió Wallace por parte del Ku Klux Klan, en su primera campaña en 1958. O su célebre eslogan de los años sesenta: "Segregación ahora, segregación mañana, segregación siempre". Los sondeos dan hoy al arrepentido Wallace como virtual vencedor, con el 53% de preferencias, frente a su adversario ultraconservador, el republicano Emory Folmar.

A escala nacional, las maniobras para ganarse el voto negro, con apoyo a las políticas de integración racial, continúan también entre el senador Edward Kennedy y el ex vicepresidente Walter Mondale. Ambos acuden, sin falta, a las principales manifestaciones políticas de la comunidad negra, minoría que puede ser vital a la hora de ganar el nombramiento como electo del Partido Demócrata para el asalto a la Casa Blanca, esta vez en la elección presidencial de noviembre de 1984.

Frente a los cambios de actitud de muchos políticos, demócratas y republicanos, ante los problemas de los negros norteamericanos, destaca la continuidad de las políticas racistas de varias organizaciones. Entre ellas el célebre Ku Klux Klan.

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