Papandreu anuncia la renegociación de las bases de EE UU en Grecia
ENVIADO ESPECIALEl primer ministro griego, Andreas Papandreu, quiere que la voz de Grecia sea escuchada en la OTAN y en el Mercado Común. Y quiere que sea escuchada especialmente por Estados Unidos en dos temas claves: el futuro de las bases norteamericanas en Grecia y el problema de sus relaciones con Turquía, país con el que Atenas mantiene serias diferencias sobre la soberanía en el mar Egeo y en el conflicto de Chipre.
Papandreu, que llegó hace un año al poder en unas elecciones en las que hizo campaña contra el Mercado Común y la OTAN, sigue combinando un cierto radicalismo verbal no exento de nacionalismo y un gran pragmatismo político. Ayer celebró en Atenas una reunión con la Prensa internacional con motivo del primer aniversario de su Gobierno en la que explicó la política exterior griega.
Papandreu hizo especial hincapié en el tema de las bases norteamericanas en Grecia. "Constituyen una limitación de nuestra soberanía nacional, no sirven los intereses de la defensa nacional y sirven exclusivamente los intereses norteamericanos en el área", dijo. El primer ministro socialista no parece, sin embargo, dispuesto a romper el acuerdo militar con Washington. Anunció el próximo comienzo de una ronda de negociaciones a la que fijó un plazo de seis meses, pero advirtió: "Si no existe un acuerdo, tendrán que irse".
Las relaciones de Atenas con Washington pasan inevitablemente por la tensión que existe entre Grecia y Turquía, país este que también pertenece a la OTAN y es un firme aliado de Estados Unidos en el Mediterráneo oriental.
Papandreu no ocultó que las diferencias que mantiene su Gobierno con la OTAN residen principalmente en la estructura militar de la Alianza Atlántica, y concretamente en el control del mando estratégico del mar Egeo, tema que junto con el de Chipre agravan la tensión entre Atenas y Ankara.
Sobre las relaciones con Turquía, Papandreu señaló que su Gobierno sigue manteniendo una voluntad de diálogo, concretada en la moratoria acordada el pasado verano entre Atenas y Ankara a fin de evitar toda declaración o iniciativa hostil que entorpezca el diálogo entre los dos países. Pero en la entrevista mantenida el pasado 2 de octubre en Ottawa entre los ministros de Asuntos Exteriores griego, Yanis Jaralambopulos, y su colega turco, Ilten Turkmen, sólo salió el acuerdo de volverse a reunir el 29 de noviembre en Bruselas para proseguir el diálogo.
Además de este problema específico del Egeo, Papandreu subrayó otras diferencias con algunos criterios militares de la Alianza Atlántica. Así, se mostró contrario al despliegue en Europa de los misiles Persing y Cruise y a las sanciones económicas contra la Unión Soviética y Polonia y en favor de la desnuclearización de los Balcanes.
En respuesta. a preguntas de un periodista, el primer ministro griego dijo que su Gobierno ha dejado clara su posición de condena del estado de sitio decretado en Polonia, pero añadió que no puede sumarse a una política de sanciones. "¿Por qué sí a Polonia y no a Turquía, a El Salvador o a Guatemala?", preguntó Papandreu.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.