Vergüenza y asco
La noticia ha herido mis ojos esta mañana: Antonio Tejero Molina ha sido proclamado candidato a unas elecciones democráticas. Todavía conservo capacidad de asombro, sigo siendo de aquellos españoles capaces, a estas alturas, de sentir vergüenza y asco.Quizá la prudencia electorera (que no electoral) pueda aconsejar silencio. Pero, silencio, ¿para qué? Ante mis ojos desfilan las imágenes de los legítimos representantes del pueblo español insultados, humillados y ofendidos por quien (aspirante hoy a escaños) irrumpió pistola en mano con doscientos secuaces más, en el órgano máximo de la soberanía nacional. En estos momentos siento y comparto la vergüenza que puedan sentir y tener Landelino Lavilla, Adolfo Suárez, Gutiérrez Mellado, Santiago Carrillo, Felipe González, Alejandro Rojas Marcos e incluso (supongo) Manuel Fraga Iribarne.
Siento la vergüenza de ocupar un cargo público, que mañana se me puede arrebatar, pistola en mano, por cualquier golpista provinciano burlándose de los votos que legitiman mi autoridad. Siento vergüenza de tener que velar, en el ejercicio de mi cargo, por el cumplimiento de una legalidad que puede servir a la democracia y a su contrario. Siento vergüenza de ser español, hoy 15 de octubre de 1982. Siento vergüenza de la palabra democracia, quizá porque con cosas como ésta, de la democracia sólo queda eso: una palabra.
Si esta sentencia de la Audiencia Territorial de Madrid sientajurisprudencia, ¿puede cualquier dirigente político que no alcance mayoría en la Cámara entrar pistola en mano en la misma para conseguir lo que las urnas no le dieron?
Hoy, todas las candidaturas de España están manchadas, hoy han igualado al justo y al injusto, hoy han igualado al rufián y al caballero, y han medido con la misma vara al delincuente y al juez.
Hoy, el Parlamento español ha sido transformado en un guiñol esperpéntico. Hoy, ni Antonio Tejero Molina y todo lo que hay detrás podían haber llegado a más, ni la representación de la soberanía nacional haber caído tan bajo.
Siento un infinito asco por la cobardía, por el silencio culpable, por la omisión de quienes han podido o pueden impedir estas cosas. Siento asco de quienes hoy callen y recuerden (como recuerdan) a unos militares expulsados del Ejército por su inequívoca conciencia democrática: los de la UMD, mientras que los otros, los de Tejero y mucho más arriba de Tejero en la graduación, mucho más abajo en la indignidad, pueden aspirar al alto honor de representar al pueblo español en el Parlamento.
La candidatura de Antonio Tejero Molina es un golpe de Estado. Y lo es en la medida en que mina la credibilidad de los principios de la justicia y de la democracia. Aquí ya están sobrando las elecciones, aquí ya estamos sobrando los que ejercemos la autoridad en nombre del pueblo que nos eligió./
Alcalde de Córdoba.
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