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Piden la incautación de los bienes vaticanos en Italia para resarcir al Banco Ambrosiano

Juan Arias

El abogado Giuseppe Melzi, de Milán, defensor legal de 250 accionistas del hundido Banco Ambrosiano, de Roberto Calvi, ha anunciado que va a presentar a la Fiscalía de la República una petición de quiebra contra el Instituto para las Obras de Religión (IOR), el banco del Vaticano, con petición de que "se incauten los bienes que el Vaticano posee dentro de Italia".

Mientras tanto, en los ambientes políticos romanos se especula que alrededor del Papa existen ya dos grupos, enfrentados entre ellos: el de los que están dispuestos a dar la batalla para no pagar las deudas del IOR con el Ambrosiano y el de quienes desean una negociación, convencidos de que la Iglesia católica no se salvará moralmente de este escándalo si no acepta sus culpas y resarce económicamente."Los tres expertos del Vaticano", dice el abogado Melzi, "pueden decir lo que quieran: que Calvi y el arzobispo Marcinkus no han trabajado juntos a través de sociedades pantalla en América Latina. Nosotros vamos a presentar datos y cifras de las implicaciones del Vaticano en todas las aventuras del banco, una historia que ha arrastrado obras pías y asociaciones religiosas de media Italia". En este aluvión están incluidos los 50 accionistas que defiende este abogado de cuarenta años, que se había distinguido ya en la lucha contra el banquero Sindona.

No se olvida que el problema no será fácil: "Sé muy bien", dice Melzi en una entrevista al periódico Il Messaggero, "que jugamos dentro de un caos en materia de derecho privado e internacional. Por una parte, los comisarios del Banco de Italia y el ministro del Tesoro, Andreatta; ponen contra la pared al IOR con las cartas de aval y las sociedades fantasma. Por otra, no existe una organización supranacional financiera que obligue al IOR a respetar estas cartas de aval regaladas a Calvi. Veremos cómo acabará todo esto, pero mientras tanto, el Vaticano ha dejado arruinarse a una buena tajada del mundo católico, que había invertido sus ahorros en el Banco Ambrosiano fiándose de él porque detrás es taba el Papa".

La ley de insolvencia

Pero, ¿qué posibilidades hay de conseguir el secuestro de los bienes del Vaticano en Italia? El abogado Melzi responde que lo permite el artículo 6 de la ley de insolvencia. Y cita un importante antecedente: ¿Cuando pedimos la declaración de insolvencia de Arana, una sociedad del banquero Michele Sindona, la obtuvimos en las Bahamas". Y es que los criterios para declarar la insolvencia de una sociedad extranjera son dos: tiene que tener una sede en Italia, cosa que no ocurre. con el Vaticano, o poseer bienes en el territorio nacional. Y eso sí que sucede con el IOR. Tiene bienes a la luz del sol.Y dentro del Vaticano se perfilan ya dos líneas bien concretas.

Una, la del grupo de monseñor Marcinkus, dispuesto a pelear para no pagar, apoyándose en la declaración de los tres expertos, que resultan ser tres banqueros muy obsequiosos del Vaticano. Ya el arzobispo Marcinkus ha celebrado el resultado de la investigación con una cena con amigos suyos norteamericanos, en la que "reía muy divertido", según las afirmaciones de un testigo ocular.

La otra línea es la representada por el grupo del cardenal Casaroli, secretario de Estado. Al parecer, no está de acuerdo con la actitud de monseñor Marcinkus; acepta que, en parte, el IOR tiene sus responsabilidades. Y, sobre todo, más que el problema jurídico, interesa a este grupo el buen nombre de la Iglesia, el problema moral. Y quiere negociar.

Por eso, ha hecho confirmar el portavoz del Papa que existen contactos para crear una comisión mixta italo-vaticana que estudiará todo el problema. Y Casaroli hasta ha sido acusado, por parte de la curia, de haber inspirado al católico y progresista ministro del Tesoro, Nino Andreatta, su dura Itervención ante el Parlamento para cubrirse las espaldas ante Marcinkus y, sobre todo, ante el mismo papa Juan Pablo II.

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