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El cordón industrial del Báltico polaco seguirá en huelga hasta que Walesa vuelva libremente al astillero Lenin

El cordón industrial del Báltico polaco -las ciudades de Gdansk, Gdynia y Sopot- permanecerá en paro "hasta que Lech Walesa (presidente del sindicato Solidaridad, actualmente en prisión) no se encuentre libre en los astilleros Lenin de Gdansk". Esta es la posición de los obreros, que ayer iniciaron su segunda jornada de huelga, en protesta por la disolución de la organización sindical independiente, en la que se registraron violentos incidentes que provocaron numerosos heridos, algunos de ellos en estado muy grave, según rumores, a raíz de los choques/ entre manifestantes y fuerzas de la milicia (policía).

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Por segundo día consecutivo, los grandes centros de construcción naval del Báltico amanecieron inactivos, aunque las versiones oficiales se refirieron a numerosos grupos de trabajadores que no siguieron las órdenes de paro.En el segundo día de paro quedó constituido en Gdansk un comité de huelga clandestino, que inmediatamente proclamó la continuación de la inactividad para hoy, miércoles, en toda la región, donde Solidaridad cuenta con más de medio millón de afiliados. Durante la tarde tuvieron lugar graves enfrentamientos entre unos 2.000 manifestantes y fuerzas de la policía en las cercanías de la sede del partido comunista en Gdansk. Según rumores, algunos de los muchos heridos hospitalizados se encuentran en gravísimo estado.

Unas 2.000 personas recibieron con gritos de júbilo a los obreros del primer turno que salían del astillero, cuyo nombre, Lenin, en la puerta principal, había sido sustituido por el de Solidaridad. Se podía leer: "Astillero Solidaridad".

La calma reinaba en Gdansk a primeras horas de la mañana de ayer, pero eran visibles los restos de la batalla de la noche anterior en el barrio de Wrzeszcz, donde Solidaridad tenía su sede central, en la carretera de Gdansk a Gdynia. El primer turno de obreros en llegar, al astillero Lenin inició inmeditamente la huelga de brazos caídos, mientras otros grupos se concentraron ante el monumento a los obreros asesinados en 1970, en medio de una estrecha vigilancia de la milicia y las fuerzas antidisturbios, que rodeaban el astillero.

En Varsovia, las autoridades parecen haber reaccionado con calma ante la nueva explosión social en el Báltico, donde se generó la independencia sindical en 1980, y fuentes oficiales dieron a entender que se esperaba una reacción de este tipo como consecuencia de la ilegalización de Solidaridad, pero que tales acciones irían disminuyendo con el paso del tiempo

A últimas horas de la noche del pasado lunes, en el transcurso de un mitin celebrado junto al astillero Lenin, se repartió un panfleto donde se informaba de las reivindicaciones de los huelguistas: liberación de Lech Walesa y todas aquellas personas internadas o detenidas tras el golpe de Estado del pasado 13 de diciembre, levantamiento del estado de sitio y restablecimiento de Solidaridad y el resto de organizaciones sindicales.

El panfleto anunciaba que la huelga proseguirá ininterrumpidamente todos los días entre las 6.00 y las 14.00 horas, y en caso de que se prohíba el acceso al astillero, los obreros se reunirán en el monumento a las víctimas de 1970. En el texto se explica que no se reanudará el trabajo hasta que Walesa haya vuelto al astillero Lenin.

El centro de Gdansk estaba ayer tranquilo y despejado de los restos de las batallas que se produjeron la noche anterior. Sin embargo, en Wrzeszcz, a cinco kilómetros, los periodistas pudieron comprobar vestigios de la violencia de los combates entre la población y la milicia. Había barricadas construidas con bancos de madera y cubos de basura, zonas del pavimento levantadas, piedras y trozos de vidrio por doquier, así como granadas lacrimógenas y fumígenas y restos de bombas ensordecedoras. La milicia había prohibido el acceso a la que fue sede de Solidaridad en este barrio, y sus coches patrullan por toda la ciudad.

En Gdynia la huelga alcanzó ayer a los astilleros Comuna de París y Radub y al puerto. Desde el exterior de todas estas instalaciones se pudo contemplar las inmovilidad de las grandes grúas portuarias y que ningún barco anclado era cargado o descargado. Los obreros, provistos de cascos reglamentarios, llegaron a las puertas de entrada para organizar pequeños grupos en los que se discutía la nueva situación.

Liberación de detenidos

Por su parte, las autoridades informaron ayer de la puesta en libertad de 308 personas internadas, "cuya actitud es una garantía de que no emprenderán acciones perjudiciales a los intereses de la Polonia popular".

El portavoz gubernamental, Jerzy Urban, informó ayer que hubo tentativas de huelga en ocho empresas de Gdansk, Gdynia y Sopot el pasado lunes, pero que la mayoría de los obreros fueron persuadidos para que reemprendiesen el trabajo.

Urban dijo, en el transcurso de una conferencia de Prensa, que el Gobierno carecía en la mañana de ayer de información acerca "de eventuales desórdenes en otras ciudades del país". Aseguró que en el astillero Lenin solamente entre el 10% y 13% de los obreros secundaron la huelga.

Las comunicaciones telefónicas fueron reanudadas ayer con Szczezin y Koszalin, pero no con Gdansk, cuyo servicio urbano también permaneció cortado. Sin embargo, era posible la comunicación por télex con esta última ciudad. Urban atribuyó la responsabilidad de los incidentes del pasado lunes a la dirección clandestina de Solidaridad.

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