Iniciativa caribeña en pro de la democracia y la paz
Ocho países de la cuenca del Caribe acordaron el lunes en San José de Costa Rica constituir, junto con Estados Unidos, un foro regional por la paz y la democracia, con el objeto de estudiar y proponer fórmulas de pacificación para el área centroamericana y asesorar en materia electoral a los Gobiernos que lo soliciten.
Los términos del acta final (freno al armamentismo, limitación de asesores extranjeros, llamamiento al diálogo) no aportan nada nuevo a las recientes proposiciones de México y Venezuela, que no por casualidad han sido los dos grandes ausentes de la reunión.Mientras la iniciativa mexicano-venezolana trata de implicar en el proceso de paz a todas las naciones que participan en el conflicto centroamericano, adjudicando a cada cual sus responsabilidades en la escalada de tensión, los nueve de San José parecen asumir las tesis de Washington, que presentan a Cuba y Nicaragua como los culpables únicos de la actual situación de preguerra que vive la zona.
Aunque el documento final no los menciona expresamente, el subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos, Thomas Enders, no dejó lugar a dudas en su intervención. Responsabilizó a Nicaragua de entrenar insurgentes salvadoreños y de propagar la violencia a Honduras y Costa Rica. Ni una mención a los grupos somocistas que hostigan desde territorio hondureño, con armas cada vez más sofisticadas, ni al asilo que concede Costa Rica a opositores nicaraguënses que postulan la lucha armada.
El mismo maniqueísmo se formula en materia de asesores militares extranjeros. Según Enders, Estados Unidos mantiene 75 asesores militares en Honduras y El Salvador (cifra inferior a la reconocida oficialmente en varias ocasiones), en tanto que en Nicaragua asegura que hay 2.000 cubanos, 75 soviéticos y 35 combatientes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Las cuentas de Enders
En las cuentas de Enders, todo cubano estacionado en Nicaragua es un asesor militar, aunque su profesión principal sea la de maestro, médico o ingeniero agrónomo. De aplicarse el mismo rasero a su país, se daría la paradoja de que también Estados Unidos tiene varios cientos de asesores militares en la propia Nicaragua, ya que aún son muchos los norteamericanos que residen en este país dedicados a tareas profesionales.El triunfalismo del canciller costarricense, Fernando Volio, que calificó la reunión como un éxito de quienes "queremos mantener la paz y los intereses democráticos", parece un tanto excesivo para una conferencia que en, sentido estricto, no ha hecho más que alinear a ocho países latinoamericanos en la órbita de Washington.
Este puede ser también el sentido del discurso de Luis Alberto Monge, presidente de Costa Rica, cuando exhortó a los reunidos a "no andar a la zaga" de las fuerzas totalitarias comunistas, porque 9a democracia no debe permanecer acorralada, inerme, a la defensiva, sino todo lo contrario".
El Gobierno sandinista, a través de su diario oficial, Barricada, calificó como desafortunada la decisión costarricense de excluir a Nicaragua de la reunión. El periódico opina que no se puede buscar seriamente la paz en Centroamérica excluyendo de partida a uno de los países afectados.
México y Venezuela sostienen igualmente la tesis de que sólo un diálogo abierto a todos los Gobiernos de la región puede propiciar la paz. Cualquier otra cosa puede interpretarse como un nuevo hostigamiento a un país acosado, como Nicaragua, al que no dejan otra salida que la de rearmarse para disuadir a cualquier presunto invasor.
Dependientes de EE UU
En el foro de Costa Rica se han integrado, además del país anfitrión, Estados Unidos, Colombia, Panamá, El Salvador, Belice, Jamaica y República Dominicana. Todos ellos países fuertemente dependientes de Estados Unidos para superar sus crisis económicas internas.Uno de los frutos positivos de la conferencia puede ser la liquidación definitiva de la denominada Comunidad Democrática Centroamericana, que entre sus cuatro miembros contaba con la dictadura guatemalteca y la dudosa democracia salvadoreña.
Han sido ya tantos los proyectos regionales fallidos en Centroamérica, que no se descarta que este foro corra indéntica suerte.
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