Los 'fontaneros' de la Moncloa
"¿Te imaginas un Consejo de Ministros presidido por Leopoldo, con una mujer entre los miembros de su Gobierno?". Con esta insinuación en forma de pregunta contestaba en la tarde del 30 de noviembre de 1981 el director general de Relaciones Informativas de la Secretaría de Estado para la Información, Carlos Abella, a la pregunta de un periodista sobre los rumores insistentes en torno a la designación de Soledad Becerril como ministra de Cultura. Unas horas después, el nombramiento se hacía público. Esta anécdota revela el tipo de información intuitiva con que los llamados fontaneros han venido facilitando, desde la Moncloa, infórmación oficiosa durante la pasada legislatura. Algunos de los periodistas habituales de este tipo de ínformación, como Abel Hernández, hoy figuran en las listas electorales. Frente a este tipo de información -también se le llama intoxicación- las noticias oficiales de los portavoces gubernamentales brillaron por su ausencia. Ni siquiera de las habituales conferencias de Prensa tras las reuniones del Consejo de Ministros surgió casi nunca una información novedosa.Los titulares de la Secretaría de Estado -sólo cabe salvar, en parte, a Rosa Posada, mientras Josep Meliá e Ignacio Aguirre desinformaron ampliamente- insistieron en asegurar que los miembros del Gobierno se habían ocupado de los temas contenidos en la referencia oficial, aunque es sabido, y varios titulares del Ministerio de la Presidencia lo han confirmado a este periódico, que el 90% de las cuestiones de trámite son resueltas por la comisión de subsecretarios.
