La entrevista entre Pérez-Llorca y Francis Pym no desbloqueó las conversaciones sobre Gibraltar

ENVIADO ESPECIALUna conversación de cerca de una hora entre el ministro de Asuntos Exteriores, José Pedro Pérez-Llorca, y el secretario del Foreign Office, Francis Pym, no ha podido desbloquear el comienzo de las conversaciones hispano-británicas sobre Gibraltar, aplazadas desde el pasado abril, como consecuencia de la crisis de las Malvinas. La conversación, parte de la ronda de entrevistas que Pérez-Llorca celebra en Nueva York con motivo de la celebración de la Asamblea General de las Naciones Unidas, tuvo lugar ayer a primera hora de la tarde en el hotel que ocupa Pym.

Los dos ministros dedicaron la mayor parte del tiempo a estudiar el actual estado de las relaciones bilaterales, incluidos los temas de Gibraltar y el proceso de incorporación de España a las Comunidades Europeas. En una conversación con los periodistas al término de su encuentro con Pym, Pérez-Llorca manifestó que había encontrado "una posición inglesa optimista con relación al tema de la incorporación a largo plazo de España al Mercado Común".

Sin embargo, los ingleses no parecen compartir ese optimismo a corto plazo. El propio Pym declaró recientemente en Copenhague, donde asistía a la reunión de ministros de Asuntos Exteriores del Mercadeo Común, que una incorporación de España a las Comunidades era "impensable" mientras no se abriera la verja de Gibraltar. Y es, precisamente, en el tema de Gibraltar donde el panorama sigue presentándose oscuro y confuso. Pérez-Llorca confirmó en sus declaraciones que las negociaciones sobre el futuro del Peñón seguirán aplazadas sine die.

El ministro se reafirmó en el contenido de su discurso ante la Asamblea General en el que pedía al Reino Unido "una negociación seria y de buena fe" en torno a todos los aspectos del problema gibraltareño, pero Londres parece transmitir en estos momentos en otra longitud de onda. Precisamente, se señala a este respecto que Pym, en su intervención en la ONU, no hizo la mas mínima referencia al tema y basó todo su discurso en una ardiente defensa del principio, de la autodeterminación de los pueblos para lanzar un demoledor ataque contra Argentina por su invasión de las Malvinas. La tesis británica, tanto en el caso de las Malvinas como en el de Gibraltar, es que el principio de autodeterminación de los habitantes de las colonias debe privar sobre cualquier otro aspecto, incluido el de la integridad territorial de los países, consagrado en el párrafo quinto de la resolución 1.514.

El resumen es que el tema de Gibraltar seguirá bloqueado durante mucho tiempo. Las elecciones generales españolas le dan al Reino Unido una excusa perfecta para seguir manteniendo congelado el tema y la posibilidad de que el Gobierno Thatcher convoque a su vez elecciones anticipadas impedirá el comienzo de las negociaciones por parte británica. En todo caso, Londres no parece dispuesto a cumplir el espíritu de la declaración de Lisboa y del subsiguiente acuerdo de Londres. La política británica en estos momentos consiste en presionar para conseguir la apertura de la verja sin ofrecer nada como contrapartida.