Mitterrand habla hoy en el Consejo de Europa, invitado por Areilza
ENVIADO ESPECIALEl primer mandatario francés, el socialista François Mitterrand, se dirigirá hoy a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, invitado por su presidente, el español José María de Areilza. Los dos políticos almorzarán juntos y, sin duda, recordarán la efemérides que representó para ambos su conocimiento, hace once años.
"La presencia de Mitterrand- en el Consejo de Europa es importante porque por primera vez un jefe de Estado del país anfitrión le dirige la palabra a la Asamblea Parlamentaria", explicó Areilza a este periódico. "Pienso que el presidente, en su discurso, abordará temas esenciales, como la construcción europea y los derechos humanos. El Consejo de Europa se verá así revalorizado por una visita que abrirá el camino a las de otros jefes de Estado", agregó.
El mano a mano Mitterrand-Areilza de hoy fue precedido de otro menos protocolario cuando se conocieron, en un hotel parisiense, en junio de 1971, en un almuerzo que organizó un culto, polifacético y diplomático político español, Francisco Aldave. Aquel mismo día, Mitterrand fue nombrado primer secretario del Partido Socialista (PS), que se creó en la barriada parisiense de Epinay, la plataforma que paso a paso, dos lustros después, iba a catapultarle hacia el Elíseo. Por mor del acontecimiento, el estrenado líder socialista llegó con retraso al almuerzo con Areilza y entró en el comedor explicándose: "Perdón, no he podido acudir a la hora porque acaban de nombrarme primer secretario del PS". Así empezó el ágape en el que los dos hombres iban a discurrir ampliamente sobre el entonces pecaminoso tema de la democratización española.
Parece ser que Areilza, en su brindis, va a recordarle hoy las emociones de aquella fecha histórica para ellos. Lo que el educadísimo político español no le dirá al pícaro presidente es que en aquella ocasión llegó tarde a la comida no por su nombramiento a la cabeza del PS, sino porque, por razones de imagen de marca en un país de gentes cartesianas y puntuales, Mitterrand siempre llega tarde. Incluso el día de su entronización en el palacio del Elíseo, le hizo esperar diez minutos a su víctima, Valéry Giscard d'Estaing, y a la flor y nata invitada del socialismo mundial, invitada al evento.
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