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7 años de violencia y un misterio sin aclarar

Mañana cumplen siete años de actividad terrorista los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO), una oscura y misteriosa organización, tantas veces oficialmente desarticulada como extraña y sospechosamente reconstituida en momentos trascendentales de la transición política española. De los GRAPO se ha dicho que eran extremistas de izquierda, provocadores de extrema derecha, un invento desestabilizador de la CIA o la KGB e incluso un instrumento en manos de los servicios parapoliciales españoles, pero lo cierto es que su ideología sigue constituyendo un misterio.Las autoridades policiales españolas han insistido siempre en considerar a esta organización como el brazo armado del Partido Comunista de España Reconstituido (PCE-r). El nombre tendrá su origen en su primer atentado de sangre. El 1 de octubre de 1975, en varias acciones sincronizadas, los GRAPO asesinaron a cuatro policías en Madrid.

El 18 de julio de 1976, la organización realizó su segunda acción importante, al hacer estallar veintiocho artefactos en edificios públicos de cinco provincias: Madrid (quince), Barcelona, Pontevedra, Vizcaya y Sevilla, zonas en las que con posterioridad ha vuelto a repetir sus acciones. No obstante, será el secuestro de Antonio María de Oriol y Urquijo, en diciembre de ese año, en vísperas del referéndum sobre la reforma política, el que va a marcar su trayectoria desestabilizadora posterior. Los GRAPO intensificaron en 1977 su actividad, que se inició con el secuestro del teniente general Villaescusa y concluyó con los asesinatos de cuatro policías armados en Madrid y dos guardias civiles en Barcelona. En 1978 se cobraron tres nuevas víctimas entre las fuerzas de seguridad del Estado y un civil: Jesús Haddad, director general de Instituciones Penitenciarias.

Fue, sin embargo, 1979 el año clave en la actividad de la organización terrorista. De abril a octubre, seis de sus miembros (entre ellos, Juan Carlos Delgado de Códex) resultaron muertos por la policía. Las detenciones masivas de comandos y células del PCE-r se suceden hasta el 17 de diciembre, en que se fugan de la cárcel de Zamora cinco de sus más cualificados dirigentes: Fernando Hierro Chomón, Francisco Brotóns, Abelardo Collazo, Enrique Cerdán y Juan Martínez Luna. Los dos primeros fueron detenidos un año después, el tercero murió el 29 de agosto de 1980 y los dos restantes se convirtieron en los dos dirigentes más buscados. En la actualidad, sólo Martín Luna ha logrado evadir la persecución policial.

Al concluir 1979 se imputaban a los GRAPO 37 asesinatos (diez de ellos ese año), a los que habría que añadir las nueve víctimas de la explosión registrada en la cafetería California 47, de Madrid, el 26 de mayo, en vísperas del Día de las Fuerzas Armadas. En 1980 dirigieron sus acciones hacia las Fuerzas Armadas, asesinando al general de Brigada Briz Armengol y su soldado de escolta, al coronel Luis Constante y al soldado de escolta del general Arturo Criado. El año 1981 lo saldaron con los asesinatos del general González de Suso, un cabo de la Policía Nacional y dos guardias civiles. Su última víctima fue el policía nacional Diego García, asesinado el 26 de abril de este año, en Barcelona.

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