Grecia revisa su actitud ante las obras 'ofensivas a la moral'

El mundo intelectual griego se tranquilizó el pasado fin de semana al haber sido rehabilitado como escritor el marqués de Sade, y en parte Aristófanes, mediante la introducción de una enmienda a una ley de 1.931 contra las "obras que ofenden la moral pública". La letra de esta ley había costado a primeros de septiembre una condena de dos años de cárcel y 160.000 pesetas de Teni Dogles Banuzis, editor de Los 120 días de Sodoma y otras obras, que ahora ha sido declarado inocente.El secuestro de dicho libro en la feria del libro de Atenas, puso sobre el tapete la olvidada cuestión del desfase de decenios entre la legislación tradicional y el liberalismo izquierdista que, en lo cultural, ejerce la actriz y ministra de Cultura socialista, Melina Mercuri. Esta declaró que, como ciudadana, tenía derecho a opinar contra la condena, aunque como ministra no se metía con el poder judicial. Mientras tanto, arreciaba la campaña de la derecha contra supuestas injerencias del ejecutivo socialista en el campo judicial.

El editor Banuzis, respaldado por 47 colegas, escribió a los ministros de Cultura de la Comunidad Económica Europea, apelando a que ejercieran su influencia para que también en Grecia se respetaran los derechos humanos de la comunidad. Entre tanto, el ministro heleno de Justicia, Mangakis, declaraba el 16 de septiembre que el comité ejecutivo de la Unión de Jueces Griegos le había impedido limpiar el cuerpo de "unos cuantos elementos que insultan al país".

El caso alcanzó su culminación con las declaraciones de un oficial de policía, único testigo de cargo contra el editor Banuzis, que declaró no saber quién era el tal Sade, ni cuándo escribió, pero que su obra le parecía sexualmente perniciosa "según la edad, lugar de nacimiento y tradiciones del lector". Preguntado sobre a qué obra se refería, declaró no haber leído más que los fragmentos que le habían dado.