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Roberto Bodegas estrena 'Corazón de papel', sobre la Prensa 'sentimental'

El poder y la gloria del periodismo, y sobre todo la Prensa sentimental, con sus conflictos éticos, económicos y de libertad de expresión, es el tema de Corazón de papel, la sexta y última película de Roberto Bodegas que se estrena hoy. Antonio Ferrandis, Patxi Andión, Ana García Obregón y Héctor Alterio encabezan el reparto de este filme que se presentó en el Festival de Montreal con un final distinto al que aquí veremos. "En aquella versión todo quedaba más nebuloso y onírico, pues la historia resultaba ser un libro imaginado por la protagonista. En la versión definitiva he preferido un desenlace más de acuerdo con la realidad", explica Bodegas.

El final de la película que hoy estrena Bodegas era, originariamente, una parodia sobre toda la historia que se contaba a lo largo del filme, de modo que éste quedaba como relato de ficción a cuyo deselance asistían, divertidos, sus propios protagonistas En esta versión definitiva desaparece esa conclusión, que en principio no satisfizo, en líneas generales, a quienes primero la vieron.En Corazón de papel se cuentan los avatares de una agencia de noticias dirigida por un veterano periodista formado en el franquismo (Antonio Ferrandis) con la ayuda de su ahijado y protegido (Patxi Andión). La amenaza de quiebra económica, la aparición de una joven periodista de las últimas generaciones universitarias (Ana García Obregón) y el trasfondo del mundillo de la Prensa del corazón son los elementos que traman la acción.

Los trucos de los famosos y los millones de lectores

"Sin ánimo de denuncia, la película muestra algunas de las prácticas habituales en la Prensa llamada del corazón, que, según las estadísticas, tiene unos once millones de lectores semanales", comenta Bodegas. "Enseña los trucos que utilizan los famosos para seguir siéndolo, reportajes vendidos en exclusiva por los propios interesados, fotos de desnudos robados que han sido previamente pactadas y otros usos semejantes. Pero esto no es más que la anécdota, el arranque y entrada en el tema que se trata: los problemas éticos de los periodistas en un país donde la democracia es relativamente joven y la libertad de expresión puede ser controlada por el omnímodo poder fáctico".Roberto Bodegas es un director instalado en la realidad. Desde 0 salto, en la que trabajó como guionista, y Españolas en París, ambas sobre la emigración laboral, hasta Vida conyugal sana y Libertad provisional, sus filmes reconstruyen aspectos concretos del mundo que vivimos.

Relaciones entre multinacionales y gobiernos

Su próximo proyecto, La diana, se ocupa también de un tema de máxima actualidad: la relación entre las empresas multinacionales y los gobiernos en un momento de transición de la sociedad industrial a la tecnológica. Sin embargo, él se declara contrario al realismo como forma de expresión artística, ade más de ferviente lector de periódicos, entusiasta del siglo XIX -"donde se encuentran las raíces de todos nuestros problemas"- y aficionado al fútbol y a los toros. "Pero dedico más tiempo a la lectura que a la televisión. Me gusta sobre todo Galdós o los memorialistas de esa época, como Julio Nombela, un periodista ahora desconocido que consiguió infiltrarse en un consejo de ministros". Tampoco cree en el cine de autor, sino en un tipo de cine artesanal en que la función del director es "elegir libremente el punto de vista, el ángulo desde el que se captan las imágenes". La perspectiva de la cámara siguiendo la historia es tan importante o más que la historia misma. la selección de los materiales y su ordenación es otro factor decisivo en la realización de un filme cuando la preocupación sociológica por el entorno cotidiano no está reñida con la creatividad y la imaginación."La tercera vía murió con Franco", dictamina Bodegas, que fue uno de los directores representativos de esta línea, escuela o movimiento del cine español. "En su día cumplió una función importante al enraizar a los personajes con su entorno y permitir a los directores jóvenes salir de los círculos minoritarios sin caer en el cine estrictamente comercial".

Del cine español actual, Bodegas destaca su penuria de medios, sobre todo en contraste con el cine norteamericano. "El presupuesto medio de una película en Estados Unidos es de unos mil millones de pesetas, cuando aquí los más altos son de cuarenta o cincuenta millones. Es como comparar un cohete con un seiscientos. Aun así, a mí personalmente el cine americano no me gusta".

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