Polonia solicitará la extradición de los terroristas de Berna

Las autoridades polacas pedirán la extradición de los terroristas que asaltaron su Embajada en Berna, en base a un tratado firmado con Suiza el 19 de noviembre de 1937, para lo cual desean obtener la identidad de cada uno de los miembros del comando.A pesar de que las autoridades suizas han dado a conocer los nombres de todos los asaltantes, en Varsovia se informó en la tarde de ayer que desconocían la identidad de los asaltantes.

Según la policía de Suiza, la identidad de los asaltantes responde a los nombres de Florian Kruszyk, alias coronel W, jefe del grupo; Krzystof Wasilewski, de 33 años de edad; Marck Michalski, de 20 años y Miroslaw Plewinski, de 23 años de edad.

Por su parte, el diario holandés Taagsche Post informó que en una entrevista con Kruszyk en 1981, éste se declaró "un adversario convencido del sindicato independiente Solidaridad".

El coronel W llegó a poseer un restaurante polaco en La Haya en el que jamás hubo un emblema de Solidaridad, porque, según declaró, perjudicaba sus buenas relaciones con los diplomáticos de la embajada de Polonia en los Países Bajos.

En cuanto al estado en que quedó la sede diplomática polaca en Berna, el diario de Lausana 24 Heures informó que el edificio ha quedado devastado.

Uno de sus periodistas tuvo acceso durante unos minutos al inmueble después del asalto y lo describió con infinidad de cristales rotos, muebles destrozados, tapices quemados y daños de todo tipo. Horas después del ataque de la policía antiterrorista, unidades especiales aspiraban con un gran aparato las emanaciones de gas lacrimógeno en el interior de la Embajada.

La Prensa suiza en general se deshace en elogios hacia las unidades antiterroristas que participaron en la operación de rescate de la embajada e insisten de igual manera en las críticas hacia Polonia refiriéndose a las palabras del ministro de Justicia y Policía, Kurt FurgIer, quien explicó que las acusaciones de Varsovia contra Solidaridad en el asalto a la embajada carecían de fundamento.

Algunas estancias de la Embajada reabrieron ayer, pero el consulado permanecía cerrado. Aunque la policía abandonó el edificio, las calles adyacentes siguen estando bajo protección de las fuerzas de seguridad.