_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El 'rock' duro del festival 'US' se impone al espíritu de Woodstock

Música de los 80 en el desierto de California

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Unas doscientas mil personas acudieron durante tres días del último fin de semana al festival US de rock duro, celebrado en el desierto de San Bernardino (California, Estados Unidos), considerado como la más importante manifestación musical de este género desde el tranquilo festival de Woodstock, en 1969. Una música violenta y guerrera, por parte de los grupos Police, B- 52's, Santana y Grateful Dead, pretende marcar el espíritu de los años ochenta.

La generación de Woodstock, con su música melódica, tranquilizadora como el cuidado césped de los campus universitarios, se convirtió en gente del I (yo), como se dice ahora. El festival US (que en inglés significa nosotros) responde al juego de la palabra, en el sentido de estar protagonizado por nosotros y por Estados Unidos. Por ello, la generación de los ochenta acusa a sus antecesores de convertirse en individualistas, egoístas e insolidarios.Aquellas canciones de "paz y amor, no a la guerra", en realidad, cambiaron muy poco la sociedad, en contra de lo que se esperaba. Poco a poco los ardores inspirados en los hippies fueron desapareciendo y los antes cantantes del amor votan hoy a Ronald Reagan y hasta creen que su presidente es un poco izquierdoso.

Pero ahora no hay una guerra de Vietnam contra la que protestar, aunque sí más paro y mayor crisis económica. Los gritos son menos angustiosos, pero la música es violenta y guerrera. Hay grupos que cantan a la muerte, a la violencia sobre ellos mismos o sobre la sociedad, que escupen provocativamente a los espectadores. Todo envuelto en tecnología y computadoras.

Los nombres, de algunos supergrupos actuantes indican la mentalidad con la que fueron creados y el tipo de sus canciones: B-52's, por ejemplo, es el terrible avión que transporta bombas nucleares; The Police trabaja, frecuentemente, con porras; The Cars (Los Coches), atropellan con la música; The Grateful Dead son muertos agradecidos a la muerte por matar.

La droga de las computadoras

Toda una máquina propagandística, puesta en marcha por el organizador Steve Wozniak, exiliado polaco, de 34 años, uno de los fundadores de los ordenadores Apple, con un presupuesto de 12,5 millones de dólares (1.325 millones de pesetas), hará de US el espejo en el que se mirarán muchos amantes del rock duro en los próximos años aquí y en otros países. A la música se suma el espectáculo de un centenar de computadoras caseras, construidas por este ingeniero de computadoras y falsificador de sofisticados aparatos electrónicos, que pretende unir en hábil matrimonio con el tecno-rock.El ambiente entre los espectadores del festival US estuvo bastante muerto. La gente no canta ni vibra como en Woodstock.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_