Valencia, te vas a quedar sin astilleros

Quiero lanzar a vosotros, valencianos, una llamada de solidaridad hacia nuestros astilleros.Durante toda la semana los 2.000 trabajadores de la empresa Unión Naval de Levante están encerrados: piden trabajo. Les adeudan dos meses de salarios y la paga extraordinaria del mes de julio, pero a la mayoría, pese a eso, .lo que más les preocupa es dejar de tener un puesto de trabajo en una empresa donde existe una buena cartera de pedidos, pero no hay dinero y los proveedores no les surten el material que necesitan (¿sabe acaso el Banco Central dónde está el dinero?).

Quiero dirigirme también a nuestra Caja de Ahorros (¿por qué no sigue el ejemplo de su hermana de Asturias y apoya a esta empresa puramente valenciana?), y a todos aquellos financieros valencianos que invierten en empresas extranjeras, mientras dejan hundirse a nuestros astilleros.

Y mientras tanto ¿que hacemos el resto de los valencianos? No es una cuestión que solamente concierne a los trabajadores. Nos van a quitar una parte importante de nuestra industria, que le da prestigio a nuestro pueblo cuando los barcos que salen de su factoría pasean el nombre de Valencia por todo el mundo.

Valencianos, ¿seremos capaces de demostrar al resto de España que nos preocupan nuestros problemas? (Al igual que lo demostró Asturias en una análoga situación, y lo han demostrado los vecinos de la localidad de Sueca convocando una huelga general en estos días.)

Lamentaría comprobar que sólo nos inquietamos cuando nos tocan nuestra bandera o nuestra lengua. U.N.L. es, para todo aquel que quiere defender lo nuestro, importante. Estamos sufriendo un duro atentado contra nuestra economía y debemos reaccionar masivamente, apoyando a los trabajadores encerrados y presionando, con los medios a nuestro alcance, para que no nos arrebaten una industria que ha paseado con dignidad el nombre de Valencia por todo el mundo y que mantiene a muchas familias valencianas.

Quisiera deciros muchas más cosas, pero desgraciadamente mi preparación no es suficiente para haceros llegar adecuadamente toda la indignación que nos embarga. Nuestros maridos, padres y hermanos están encerrados, atravesamos un mal momento y necesitamos de vuestra ayuda.

Valencia, no permitas que cierren nuestros astilleros. Luchemos unidos para defender algo que es verdaderamente nuestro.

Os agradezco, de antemano, la atención que podáis haberme prestado y, por favor, no nos olvidéis; estamos defendiendo nuestra economía y la vuestra. /