El Banco de España reduce los tipos de interés
Los tipos de interés en los mercados financieros españoles empiezan a bajar, igual que está ocurriendo en el resto de los países de Europa occidental; la caída del precio del dinero en Estados Unidos, que tuvo una repercusión casi inmediata en el área de la Comunidad Económica Europea (CEE), salvo en Francia, también provoca reacciones en la economía española.En la subasta de certificados de regulación monetaria (CRM) que tuvo lugar ayer se adjudicaron más de 116.000 millones de pesetas en certificados a tres meses, con un interés marginal del 15,2% y un tipo medio ponderado del 15,01 % en la anterior subasta, celebrada hace diez días, el tipo ponderado estaba situado medio punto por encima, 15,602%, y en la última, celebrada en el mes de julio, el tipo de interés se situó en el 16,5%.
La reducción en un punto y medio de los tipos de interés entre julio y agosto parece, según algunos especialistas, algo excesiva, y se opina que quizá la autoridad monetaria tendría que haber rebajado algo más los tipos día a día, que tuvieron bruscas oscilaciones en un pasado próximo y que podrían verse otra vez sometidos a presiones al alza.
Los críticos a esta decisión del Banco de España opinan que, es normal introducir bajas en los tipos de interés, aunque en una situación como la española, con un déficit público creciente y una balanza de pagos que tiene cada vez más problemas para que su cierre final no suponga una salida fuerte de divisas, podría ser aconsejable que el ritmo de caída de los tipos de interés fuera más pausado.
Adecuarse al mercado
Los argumentos a favor de esta disminución de los tipos de interés inciden sobre todo en la necesidad de adecuar los españoles a los extranjeros. Los títulos del mercado estadounidense, equivalentes a los CRM puestos a subasta ayer, se están negociando a unos tipos de interés muy cercanos al 10% los españoles están todavía cinco puntos por encima de éstos. La diferencia parece suficiente para impedir que haya dinero que préfiera salir fuera, basando su rentabilidad, aparte del tipo de interés, en el cambio de la peseta respecto al dólar. Si se tienen en cuenta las limitaciones puestas para que los inversores individuales salgan en busca de títulos aceptados por las autoridades económicas españolas para que inviertan los ahorradores nacionales en divisas, se comprende algo la política seguida por el banco emisor de forzar a la baja los tipos de interés.La decisión del Banco de España tiene, además, otra consecuencia importante. Parece que la autoridad monetaria ha aceptado el principio mantenido hasta ahora por el Ministerio de Hacienda de que no se deben mantener dos mercados financieros separados en los que, en definitiva, se ofrezca el mismo producto. Los CRM a seis meses y un año estaban compitiendo, hasta el principio del verano, con los pagarés del Tesoro para estos mismos plazos de amortización.
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