El general Jaruzelski advierte a los polacos que mañana no se tolerarán 'atropellos' contra la ley marcial
El jefe del Consejo Militar de Salvación Nacional (Wron), general Wojciech Jaruzelski, aseguró ayer en la Academia Militar de Poznan, que "permanece en pie nuestro esfuerzo por suspender antes de fin de año el estado de guerra", y aseguró que no habrá marcha atrás en el camino de la odnowa (renovación) socialista. En el acto de nombramiento de nuevos oficiales, Jaruzelski expresó su deseo de que "ojalá el 31 de agosto no quede manchado por los excesos y manifestaciones irresponsables" y añadió que el derecho de guerra puede gustar o no, pero que tiene que ser respetado. Advirtió que mañana, aniversario de los acuerdos de Gdansk, no se tolerarán atropellos contra la ley marcial.
Por primera vez desde la declaración de estado de guerra en Polonia, Jaruzelski intervino en un acto castrense en su condición de ministro de Defensa y no como jefe del Consejo Militar de Salvación Nacional (WRON). Se esperaba con expectación el discurso del general. Sus palabras, no obstante, no fueron amenazadoras, y apenas se refirieron al tema que más inquieta al país: las manifestaciones de mañana, segundo aniversario de los acuerdos de Gdansk, en los que nació el sindicato libre Solidaridad.El general recordó al comienzo de su arenga a los nuevos oficiales el aniversario de los acuerdos de Gdansk y dijo que ya el partido tenía intenciones reformistas, razón por la cual la protesta obrera no se encontró enfrentada ante la represión, sino con la voluntad de descargar el conflicto y la renovación.
Categóricamente, el general afirmó que no habrá rehabilitación para los responsables de la crisis polaca y anunció "nuevas fases de lucha contra las hienas de la especulación, los parásitos y los zánganos".
Jaruzelski definió al Ejército como "portavoz del progreso", y dijo que los problemas importantes de la nación no pueden que dar a la entrada de los cuarteles.
Jaruzelski aseguró que un movimiento sindical independiente de la Administración debe inspirarse en principios sanos y sobre la base de las leyes de la República Popular de Polonia.
Después de mencionar que el Ejército tiene dos o tres veces más trabajo a consecuencia del estado de guerra, el general insistió en que se mantienen los esfuerzos por suspenderlo antes de fin de año.
Jaruzelski recordó, al final de su discurso, la validez de los acuerdos de Yalta y dijo que los hecho! muestran quién quiere a Polonia y quién desea utilizarla como mecha incendiaria
Por su parte, los obispos polacos advirtieron en una carta pastoral, leída en todas las iglesias en la misa del domingo, sobre el peligro de "enfrentamientos violentos, que provoquen derramamiento de sangre hermana", con motivo de las manifestaciones previstas para mañana.
Pastoral episcopal
Los obispos, reunidos en el monasterio de Jasna Gora, en Czestochowa, elaboraron una pastoral en la que piden el restablecimiento del diálogo nacional y se dirigen a las autoridades polacas y a la sociedad para que se creen las condiciones que hagan posible el restablecimiento de las libertades cívicas la actividad sindical.
Una vez más, la Iglesia polaca adopta la posición de árbitro entre el Estado y la sociedad. En la pastoral los obispos se declaran "responsables del destino de la Iglesia, de la patria y del pueblo". La pastoral comienza con una descripción de la realidad social, "del sentimiento de rebelión, de ira y decepción, la brecha cada vez más profunda entre gobernantes y gobernados y la creciente ola de tensiones".
Los obispos se dirigen a las autoridades y a los grupos sociales y recapitulan sobre el desarrollo de la crisis hasta agosto de 1980, cuando "fue posible descargar la tensión en forma de acuerdos y lo mismo tie ne que ser posible ahora".
Los obispos toman la palabra a las autoridades, que dicen que los acuerdos todavía están vigentes, y señalan que existe una base para la reconciliación nacional, aunque la declaración de estado de guerra haya interrumpido el diálogo.
Cumplir los compromisos
En la pastoral los obispos apelan al Consejo Militar de Salvación Nacional para que mantengá su credibilidad y cumpla la palabra de que el sindicato independiente Solidaridad podrá reanudar sus actividades dentro del marco impuesto por los estatutos. Los obispos se dirigen también a los dirigentes sindicales para que observen los estatutos y los acuerdos aceptados por la autoridad estatal y apelan para que "todos los que buscan la solución del conflicto por el camino de la violencia o de la limitación de las libertades existentes renuncien a esas actividades".
En su llamamiento, los obispos insisten en que se celebre con tranquilidad el segundo aniversario de los acuerdos de Gdansk, que pusieron fin a la huelga del Báltico y abrieron la posibilidad para organizar sindicatos independientes.
La clandestinidad
Desde la clandestinidad, la coordinadora provisional de Solidaridad convocó manifestaciones en todo el país para mañana martes, a las cuatro de la tarde, y en Polonia crece el temor a que vayan a producirse enfrentamientos violentos en las calles.
Por eso, los obispos, en su pastoral, piden que los últimos días de agosto transcurran "con orden y tranquilidad", recuerdan el aniversario del comienzo de la segunda guerra inundial, el 1 de septiembre, y dicen que "sería un gran error, un mal y una desgracia si el aniversario de los acuerdos fuese utilizado por alguien para enfirentamientos violentos, que provocasen el derramamiento de sangre hermana".
Una emisora clandestina de Solidaridad interrumpió el sábado un programa de la radio oficial en frecuencia modulada para lanzar un llamamiento a la policía con el fin de que no intervenga contra los rnanifestantes el próximo martes.
La noticia lleaó a Polonia a través de las emisoras extranjeras de onda corta, porque el mensaje de la radio clandestina no había sido anunciado previamente. Las autoridades habían conseguido en los últimos meses interferir las emisiones ilegales y descubrieron algún punto de emisión.
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