Continúa grave el cabo de la Guardia Civil herido en el atentado de Munguía

El estado de Pedro Robles Barberán, el cabo de la Guardia Civil que resultó herido en el atentado que el miércoles costó la vida a dos números del mismo cuerpo en Munguía (Vizcaya), es el "habitual en la patología de las heridas producidas por explosiones a corta distancia", según un parte médico facilitado ayer por el Hospital de Basurto, en cuya unidad de cuidados intensivos permanece el cabo desde la tarde del miércoles. A la espera de las reacciones posoperatorias -la intervención quirúrgica se prolongó por espacio de diez horas- los médicos mantienen el pronóstico de grave, informa Patxo Unzueta.Otra víctima del terrorismo, el niño Alberto Muñagorri, gravemente herido a fines del pasado mes de junio en Rentería (Guipúzcoa) comenzó ayer a caminar, con ayuda de muletas, tras el injerto de tejidos que le fue practicado hace quince días en su pierna derecha.

Por otra parte, el presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, y el capitán generál de la II Región Aérea, Fernando de Querol, presidieron ayer por la mañana la misa corpore insepulto celebrada en el acuartelamiento de Eritaña, en Sevilla, por el alma del guardia civil Miguel Garrido, que resultó muerto en la madrugada del miércoles como consecuencia de la explosión de un artefacto en la localidad vizcaína de Munguía, informa José Aguilar.

Tanto a la misa como al sepelio asistieron varios centenares de personas, en su mayor parte familiares, amigos y compañeros de la víctima, sin que se registraran incidentes dignos de mención. Aproximadamente a la misma hora, las diez de la mañana, tenía lugar el entierro de Vicente Gómez Duarte, el otro guardia civil asesinado, en el cementerio de San Juan de Aznalfarache, localidad muy próxima a Sevilla y de la que era natural el fallecido.

Durante ambos sepelios se produjeron, por parte de los familiares de los guardias civiles asesinados, emotivas escenas de dolor.