Siete países árabes acogerán a los combatientes evacuados

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En este grupo estarían integrados unos 250 combatientes que pertenecen al Ejército de Liberación de Palestina (ELP), lo que podría denominarse el ejército regular palestino, y un número aún no determinado de heridos. En la ciudad chipriota serán recogidos por aviones jordanos e iraquíes, que trasladarán a los evacuados a estos países.

Fuentes de la OLP declararon ayer que la primera fase de evacuación durará tres días, hasta el próximo lunes. En la misma abandonarán la capital libanesa alrededor de 3.000 personas.

A partir del lunes y en los cinco días siguientes, otros 4.000 palestinos, 1.500 sirios y 3.000 comandos de la misma nacionalidad integrados en el ELP, se trasladarán por vía marítima y terrestre a Egipto, Siria, Jordania, Yemen del Sur, Argelia y Tunicia.

Al finalizar esta fase, la fuerza internacional de pacificación debe haber concluido su despliegue por la línea fronteriza que divide los sectores occidental y oriental de Beirut.

Según pasan los días crece la impresión de que el mandato de la fuerza multinacional de paz -norteamericanos, italianos y franceses-, fijada en principio para un mes, será prorrogada por algún tiempo más. El Ejército libanés ha confesado sus temores y dudas sobre la pacificación real del sector oeste de la capital, donde ha habido una fuerte implantación armada palestina durante los doce últimos años.

Por su parte, el grupo Murabitun (nasserista) ha difundido un mensaje en el que desecha la idea de la desmilitarización de toda la capital y califica al Ejército regular libanés de represor de la corriunidad musulmana. Esta opinión contrasta con la de algunos acomodados cristianos de la ciudad, deseosos de ver una rápida pacificación de la ciudad y el desarme de todos los civiles.

A pesar de los problemas que se entrevén para el futuro, por una lado, por la manifiesta falta de voluntad de los infinitos grupos armados que pululan por el sector oeste de Beirut de entregar su armamento al Ejército libanés y, por otro, por los problemas políticos que entraña la eventual elección del ultraderechista Bechir Gemayel como presidente del Estado, el primer ministro libanés, Chafic Wazan, declara que la salida de los palestinos "es el principio del fin de los problemas libaneses".

Por su parte, un portavoz de las Fuerzas Armadas israelíes comentó ayer a Radio Israel que el problema palestino podría quedar resuelto en breve, favorecido por la diáspora de su población. Sin embargo, la propia emisora israelí no ocultó en su comentario político que lo que está,en juego es la solución global de Oriente Próximo.

Alerta en la Bekaa

En este sentido, Siria tiene un papel fundamental que jugar en la presente situación. Según versiones israelíes, las tropas de Damasco han reforzado sus posiciones en el valle de la Bekaa lo que ha llevado al Ejército israelí a concentrar carros de combate y hombres. Estos movimientos han provocado una situación de extrema tensión, de manera que el ministro de Defensa de Israel, Ariel Sharon, decretó ayer el estado de alerta de sus unidades estacionadas en ese valle.

Las próximas negociaciones para evitar el conflicto sirio-israelí que vayan a emprender las autoridades libanesas e israelíes, con la mediación de Estados Unidos, estarán dirigidas por el subsecretario de Estado norteamericano Joseph Sisco o por el alto funcionario de este mismo país Dean Brown, quienes deberán sustituir a Philip Habib.

En medios de la OLP y y de la Prensa de Beirut existe el temor de que el intervalo entre la salida de Habib y su relevo por Sisco o Brown pueda ser empleado por Is rael para desencadenar una ofensiva contra las fuerzas sirias y palestinas estacionadas en la Bekaa.

Entre tanto, en el sector oeste de la capital la vida vuelve paulatinamente a la normalidad y se realizan trabajos de acondicionamiento de locales comerciales y bares en medio de una tensión latente provocada por la ola de aten.tados con coches-bomba. El pasado jueves fue desactivado uno de estos automóviles, cargado con doscientos kilos de dinamita, que estaba aparcado en el Ministerio de Información. De haber hecho explosión, el edificio oficial hubiera volado lo que hubiese provocado una verdadera carnicería.

Otro coche-bomba hizo explosión en el campo palestino de Bur Brajneh, aunque no causó víctimas. Durante la mañana de ayer, desde este mismo campo, los combatientes de la OLP dispararon contra las posiciones israelíes, desde donde, al menos en una ocasión, se respondió con disparos de artillería pesada.