Edición facsímil de 'Llanto por Sánchez Mejías', de Lorca, a los 48 años de la muerte del torero

El 13 de agosto de 1934, hizo ayer 48 años, moría en la plaza de Manzanares (Ciudad Real) uno de los toreros que mayor admiración consiguieron en su época, Ignacio Sánchez Mejías, amigo y compañero de algunos de los más característicos representantes de la generación del 27. Un año después, día por día, Federico García Lorca regalaba el manuscrito del poema dedicado al amigo y torero, y titulado Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, a José María de Cossío, y lo hacía desde la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en el palacio de la Magdalena.

Precisamente cuando se cumplía el 48º aniversario de la muerte del torero y de que García Lorca terminase el poema a él dedicado, la Institución Cultural Cantabria, dependiente de la Diputación Regional, presentó el libro fascímil del manuscrito, conservado en la casona de Tudanca, mientras que en la Universidad Internacional, se celebraba un curso sobre arte y tauromaquia y un seminario en tomo al poeta granadino.Aunque tal cúmulo de coincidencias pudo pasar desapercibido para los organizadores del acto que el pasado miércoles, día 13, se celebró en el museo-biblioteca de la casona de Tudanca, cedido en su día a la Diputación por Cossío, sí que aparentemente se tuvo en cuenta el primer verso del poema que Lorca dedicó al torero: "A las cinco de la tarde. Eran las cinco en punto de la tarde". A esa hora se presentaba la edición facsímil del manuscrito autógrafo de Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, aparecido en la colección de la ICC Ediciones de la Casona de Tudanca, primer libro editado por la Diputación Regional en su nueva etapa y que posiblemente dará paso a la edición, también facsímil, de La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela, si las negociaciones que se llevan a cabo con el escritor fructifican.

El libro publicado contiene el manuscrito del borrador del poema que García Lorca comentó con Cossío antes de su definitiva publicación, no sólo por conocer las opiniones de un escritor importante, sino las de un gran estudioso de la fiesta taurina, reproducción que, quizá con el objeto de abaratar la publicación, no es precisamente lo más adecuado. Se completa ésta con textos de Dámaso Alonso, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Rafael Alberti, José María de Cossío y del conservador de la casona, Rafael Gómez, en los que se glosa la figura del poeta y se enmarca la génesis del poema.

Renovar la Casona

Coincidiendo con la presentación de Llanto... en la casona de Tudanca, acto que contó con la presencia del presidente de la Diputación Regional, José Antonio Rodríguez, y los consejeros de Cultura y adjunto a la Presidencia, Ramón Teja y José Ramón Sainz, así como el conservador del museo y escritor Benito Madariaga, se dieron a conocer las obras realizadas últimamente para su acondicionamiento. Hasta el momento se han invertido en ello más de seis millones de pesetas, a los que se unirán otros cuatro millones que serán incluidos en los presupuestos para este año.Las reparaciones efectuadas abarcan el refuerzo de la estructura de madera mediante la colocación de vigas de hierro, la instalación completa de agua y desagüe de la casa y la renovación del sistema eléctrico y de calefacción. Asimismo se han habilitado dependencias para la residencia de los guardias y el conservador. En el mismo sentido, la realización de obras de drenaje impedirá la filtración de humedad en la parte baja de la casona, precisamente en la zona en que se encuentra el depósito de libros de la biblioteca particular de Cossío, cedida a su muerte al pueblo de Cantabria. Las obras de acondicionamiento proseguirán en los próximos meses, al objeto de instalar expositores adecuados en los que se puedan presentar al público los manuscritos que allí se conservan, al igual que algunas de las obras más valiosas, junto a otras medidas que permitan la visita del museo y la utilización racional de sus fondos por los estudiosos. Finalmente, las obras se completarán con la instalación de un sistema de seguridad que permita preservar, en las mejores condiciones, los tesoros bibliográficos y pictóricos que allí se encuentran.