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Escasa repercusión del escrito de tres sacerdotes vascos en torno a la pastoral sobre la LOAPA

La publicación de un escrito firmado por tres sacerdotes vascos, en el que se critica la pastoral contra la LOAPA elaborada semanas atrás por los obispos de la comunidad autónoma vasca, no ha despertado reacción oficial alguna en las diócesis y en los medios políticos de Euskadi. Distintos portavoces de los obispados de Vizcaya y Guipúzcoa comentaron ayer, en un plano informal, la escasa relevancia de la cifra de firmantes del escrito si se compara con el número total de sacerdotes existentes en las tres provincias vascas excluyendo a Navarra, que asciende a 2.500.

El anonimato en que se sitúan los firmantes de este escrito contribuye también a limitar la repercusión de la carta que en medios religiosos no ha trascendido más allá del simple comentario.

En los obispados vascos se considera que los autores del escrito podrían estar asociados ideológicamente con la extrema derecha, a la vista del tono apocalíptico del artículo y de las alusiones "al ateísmo marxista y al separatismo" que atribuye a la Iglesia vasca. "La pastoral de los obispos", manifestaron varios sacerdotes, "refleja una opinión generalizada en nuestras diócesis, mientras que ese escrito sólo representa, al parecer, a sus autores que, por supuesto, tienen también derecho a decir lo que piensan". "No cabe, pues, situar en el mismo plano la pastoral y el escrito", indicaron.

"Además", añadieron en un tono ya jocoso, "aunque así fuera, nuestros obispos saldrían ganando, ya que son cuatro, contando con el obispo auxiliar, frente a solamente tres".

Distribuida en Madrid

Estos mismos portavoces no ocultaron su extrañeza por el hecho de que la misiva crítica a la pastoral haya sido distribuida desde Madrid a través de una agencia estatal. "Si nosotros comenzáramos a emitir comunicados en grupos de a tres en favor de la pastoral, llenaríamos sin duda los periódicos", concluyó uno de los sacerdotes.En el escrito en cuestión, firmado por los tres sacerdotes vascos, se señala que la Iglesia en el País Vasco se está convirtiendo en un instrumento de política nacionalista y separatista, "mientras muere la fe católica y crece pavorosamente entre los vascos el agnosticismo y el ateísmo marxista". Tras señalar que la misión y el derecho de los obispos y sacerdotes no puede ponerse al servicio de partidismos políticos, la nota sostiene que la pastoral ha sembrado la confusión, la irritación y el escándalo en el pueblo fiel, "colocando nuestra misión apostólica y sacerdotal en durísimo aprieto y dificultades".

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"Lo que hace imposible la justicia y la paz, se señala, son los asesinatos, los secuestros, los impuestos revolucionarios, los inquietantes brotes de racismo, las amenazas y las extorsiones". El escrito de los tres religiosos suplica finalmente al papa Juan Pablo II que intervenga eficazmente, "con suprema autoridad apostólica, para salvar la fe y el espíritu católico de nuestro pueblo vasco", aunque no especifica la forma en que podría llevarse a cabo tal intervención.

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