Apuros en la frontera
Servidor, menor de edad (dieciséis años), se disponía a emprender sus vacaciones de este verano; mi abuela (de nacionalidad portuguesa) y yo cogimos el autobús que, tras cinco horas de viaje y luego combinado con otro, nos llevaría a Lisboa.Pues bien: una vez llegados al puesto fronterizo de El Rosal de la Frontera, entregamos los documentos, yo personalmente mi DNI; pasados unos cinco minutos sube un policía al autobús y me baja de él, diciendo que por ser menor y no tener un permiso oficial homologado y que viajaba solo, yo no pasaba la frontera. Entonces mi abuela y yo fuimos a hablar con el jefe del puesto fronterizo. Mi abuela le dijo que ella no podía viajar sola, por enfermedad, a lo que el jefe respondió con las palabras: 'Eso es problema de su abuela, no mío".
Seis horas después y dos billetes de autobús nada baratos tirados a la basura, estaba en casa. Mi padre y yo fuimos a homologar el permiso y partir al día siguiente, y llega la segunda parte: vivimos en un pueblo a pocos kilómetros de Sevilla, y la comisaría que nos corresponde está en un pueblo próximo, pero fuimos a un cuartelillo, más cercano; el guardia de turno se lava las manos diciendo que no nos corresponde allí. Nos vemos obligados a ir a la comisaría correspondiente, y allí el funcionario de guardia nos indica: "El inspector no está, porque sólo viene dos horas por la mañana y otras dos por la tarde, y para cosas urgentes".
Y ahora pregunto yo:
1. ¿El jefe del puesto fronterizo no vio que mi apellido, casualmente, coincidía con el de mi abuela? Y eso que es bicompuesto y bien largo.
2. ¿Por qué el permiso hay que hacerlo en una comisaría determinada?
3. ¿Si me toca en una comisaría, por qué no hay un oficial o inspector de guardia?/
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