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Dos de cada tres mujeres indias abortan cuando van a tener una niña

Un gran número de mujeres indias abortan cuando van a tener una hija. Las pruebas para conocer el sexo del feto proporcionan la información para este aborto selectivo.El aborto de hembras se practica en la India desde hace algún tiempo, pero el escándalo ha saltado a los periódicos a raíz de la denuncia de dos médicos de la ciudad de Amritsar, en la rica región del Punjab, que aseguran que las pruebas de determinación del sexo durante el embarazo son mayoritariamente utilizadas para desprenderse de hembras no deseadas.

Tras la denuncia de los dos médicos las autoridades han descubierto que en muchos hospitales y consultas privadas del país las pruebas de embarazo, convertidas en un floreciente negocio, son utilizadas con este fin.

La razón de la práctica del aborto selectivo por las familias indias es el desastre que supone tener hembras en lugar de varones: mientras éstos proporcionan la seguridad de una vejez estable y son una fuente de ingresos familiares, por las mujeres hay que pagar cuantiosas dotes para casarlas.

El aborto es legal en la India, y, por tanto, el abortar sólo cuando el futuro hijo vaya a ser una niña no es punible. Pero la polémica ha saltado a las páginas de los periódicos y las revistas del país, que se preguntan por las consecuencias de estos prejuicios. Las organizaciones feministas aseguran que el papel secundario e incluso la persecución de que son objeto las mujeres en la sociedad india provocan situaciones como éstas y por eso reclaman leyes que supriman la dote y otras costumbres tradicionales.

Los sociólogos, que empiezan a hablar de "un mundo para hombres" destacan la capacidad de modificación de la estructura social que tienen las pruebas de determinación del sexo. Los médicos, por su lado, declinan toda responsabilidad. Afirman, por una parte, que las pruebas son absolutamente necesarias para descubrir malformaciones en los fetos y, por tanto, abortos recomendados, y por otra, señalando que su función se limita a la realización de los mismos y no a recomendaciones de aborto.

Aunque todavía no hay datos estadísticos, según los testimonios recogidos en las clínicas especializadas, dos de cada tres mujeres embarazadas deciden abortar cuando descubren que van a tener una niña. La proporción aumenta en el caso de mujeres que ya han tenido hembras en partos anteriores. Las pruebas de determinación del sexo cuestan alrededor de quinientas rupias (5.000 pesetas), una cantidad importante para el nivel de salarios indios, pero la reflexión más usual -en palabras de un padre de familia encuestado por una revista nacional- es que "más vale pagar ahora quinientas rupias que 50.000 por la dote, si es una niña".

No es de extrañar, por tanto, que consultas especializadas en estas pruebas sean cada vez más numerosas. Con ellas la ciencia desplaza, como es frecuente en la India moderna, a la tradición: las pruebas médicas están sustituyen do a los astrólogos y lectores de la palma de la mano, que eran, hasta, ahora, los clásicos adivinadores del sexo del futuro hijo.

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