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ARAGON

Un plan especial pretende salvar el centro histórico de Zaragoza

Zaragoza, ciudad dos veces milenaria, tiene un centro histórico que en unas zonas está en ruinas y en otras seriamente deteriorado..., pero al que se intenta salvar. El actual Ayuntamiento, con mayoría de izquierdas, ha emprendido una campaña destinada a revitalizar esta parte de la ciudad: se ha rodado una película, se han programado visitas de los escolares, se firmó un convenio con el Ministerio de Cultura para la realización de excavaciones arqueológicas (están apareciendo numerosos vestigios de gran antigüedad) y, sobre todo, se ha redactado un Plan Especial del Centro Histórico que, tras ser sometido a la opinión pública, sólo falta ser aprobado para comenzar a actuar.

El plan que ha elaborado un equipo de arquitectos bajo la dirección de Alfonso Fernández Castro se define como "un programa de conservación, y persigue fundamentalmente la catalogación del patrimonio artístico, la transformación de áreas para vehículos en áreas para peatones, junto con una solución al problema del tráfico y la rehabilitación y revitalización de las zonas más degradadas".José Miguel Colmenares, que recientemente tomaba posesión al frente de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento, manifestó: "Me preocupa el casco histórico más que por lo que hay, por lo que se ha destruido, pero creo que por muy degradado que esté, que no lo está, es recuperable; otra cosa es la parte destruida o en parte trans formada a los usos no adecuados que se le están dando".

El área de actuación del plan comprende la antigua ciudad medieval, donde se incluyen barrios tan populares como el de San Pablo, la Magdalena, el Tubo o monumentos tan significativos como el Pilar, la Seo, las murallas romanas, innumerables iglesias de diversos estilos, edificios singulares. En esa zona están ubicados prácticamente todos los edificios histórico-artísticos con que cuenta la ciudad.

Una película

Dentro de la campaña iniciada por el Ayuntamiento de revitalización y conservación de la parte histórica de la ciudad se incluye una película titulada Zaragoza, casco viejo, y que el pasado sábado fue proyectada por primera vez en público en una plaza de dicha zona. Su autor, Alejo Loren, ha querido reflejar en tres partes -histórica, actual y opiniones- qué es un casco antiguo, qué ha sido de su historia y luego, mediante opiniones de los propios vecinos qué en él viven, qué debería hacerse para salvarlo o cuál podría ser la solución. Esta película, de una hora de duración, grabada en vídeo, será exhibida en colegios, asociaciones de vecinos, etcétera. Recorriendo toda esta amplia zona de la ciudad nos encontramos con barrios enteros, como el de la Magdalena, el Arrabal y el de San Pablo, francamente deteriorados. Muchos solares, casas en ruinas, están catalogados dentro del plan como áreas a rehabilitar, proponiéndose la creación de zonas peatonales, y la ocupación del suelo no será mayor del 50%. Otra amplia zona se propone como área a conservar y para el resto se incluyen unas medidas de renovación ponderada.Si el plan se cumple, la ciudad de Zaragoza contará con amplias zonas verdes en el centro. Entre las plazas propuestas como peatonales se hallan el centro neurálgico de la ciudad, el paseo de la Independencia, la plaza de los Sitios, la del Pilar, los aledaños de la plaza de toros, así como ambas orillas del río Ebro, que se destinan en su mayor parte a zona verde.

Objetivos del plan

Saben los redactores del plan que no va a resultar fácil por los intereses creados que hay en torno al casco histórico. La financiación del presupuesto se repartirá entre el Estado, el Ayuntamiento y los residentes afectados por las reformas. "No se quiere obligar a nadie. Los vecinos deben mentalizarse de que lal viviendas que ocupan cumplen una función social, y es precisamente en razón de esa función en que se han pensado las reformas a realizar".Los objetivos concretos a alcanzar con el plan se pueden concretar en "favorecer la rehabilitación del patrimonio inmobiliario para uso residencial o de equipamiento colectivo"; se ha previsto que las rehabilitaciones más necesarias se lleven a cabo sin necesidad de expulsar a los moradores de las casas implicadas. "Frenar la implantación de usos terciarios, como edificios completos de comercios u oficinas que acentúan la centralización del casco histórico". Los realizadores del plan consideran que el centro de Zaragoza reúne una serie de condiciones y características que adecuadamente planificadas pueden hacer la vida agradable a sus moradores sin que se vean obligados a abandonarlo; en estos momentos, algunas zonas están abandonadas o las viviendas ocupadas por gitanos, mendigos o personas de la tercera edad (principalmente el barrio de San Pablo). Otro de los objetivos concretos marcado por el plan es "frenar el uso del automóvil privado por no residentes, favoreciendo el transporte público". Muchas de las calles del casco viejo son estrechas y de difícil tránsito para vehículos. Una parte importante se dedica a la "recuperación de aspectos, plazas calles para el peatón". Son plazas pequeñas, recoletas, cargadas de tipismo e historia, algunas ya usadas para mercados domingueros, proyecciones de películas, actuaciones al aire libre, etcétera. El plan prevé numerosas zonas verdes y peatonales, de las cuales carece en estos momentos Zaragoza, especialmente en el casco viejo.

Un tema conflictivo puede resultar el de los moradores de algunas áreas. No todos están de acuerdo con no poder edificar sobre un solar o en tener que conservar su vivienda con determinadas características; el plan prevé "una instrumentalización de políticas de rehabilitación de viviendas, incentivando la reimplantación de población fija en las áreas más desvitalizadas". Efectivamente, hay muchas casas vacías, tal vez porque no reúnen las condiciones necesarias. Y, por último, se contempla "el reequipamiento y mejora de las condiciones de habitabilidad de las zonas socioeconómicas más degradadas".

Zaragoza, con ya casi 700.000 habitantes, está creciendo de forma casi alarmante y muchas veces un tanto anárquicamente (barrios enteros con más de 100.000 habitantes). La parte histórica, debidamente cuidada y salvada por el plan, podría ser como una especie de oasis (en el casco viejo está el legendario Oasis, el teatro de variedades con más solera de España) en medio del asfalto de la ciudad. Los redactores del plan calculan que éste podría estar concluido, si no surgen serias dificultades, en la, presente década. Zaragoza puede ser pionera en este tipo de planes para salvar su parte histórica.

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