Una bomba dirigida a distancia explosiona junto a una patrullera de la Armada en Pasajes
Tres artefactos hicieron explosión en la madrugada de ayer en Madrid, Barcelona y el muelle de la Comandancia de Marina de Pasajes (San Sebastián). Las dos primeras tenían como objetivo sendas entidades ligadas a empresas norteamericanas, el Ameribank y los almacenes Sears, por lo que se piensa que grupos palestinos podrían ser responsables de los atentados. En el caso de Pasajes, el artefacto, de gran potencia, estalló a pocos metros de la patrullera de la Armada Tabarca, adonde se hizo llegar la bomba mediante una embarcación dirigida a distancia. En ninguna de las tres explosiones se han registrado desgracias personales.Un artefacto de gran potencia estalló, al filo de las tres de la madrugada de ayer, a treinta metros escasos de la patrullera Tabarca, en el puerto de Pasajes Ancho. El artefacto fue colocado en una pequeña embarcación, diseñada y construida expresamente para trasladar la bomba, que al explosionar "desintegró" -en palabras de oficiales de Marina de la Comandancia de Guipúzcoa- uno de los embarcaderos del puerto. La embarcación, que poseía un metro de eslora y estaba dotada de una luz roja intermitente, fue dirigida por control remoto y medios electrónicos, informa José Luis Barbería desde San Sebastián.
La botadura del pequeño barco que transportaba el artefacto explosivo fue realizada, previsiblemente, desde el puerto de Pasajes de San Pedro, situado casi enfrente de la oficina del edificio que posee la Comandancia de Marina de Guipúzcoa en el mismo puerto. El comando terrorista que llevó a cabo la acción guió con un mando a distancia la embarcación, que recorrió entre trescientos y cuatrocientos metros antes de que hiciera explosión la bomba que contenía en su interior. El método utilizado y la potencia del artefacto causaron ayer la alarma en medios de la Marina, que ponen el acento en el hecho de que el embarcadero destruido haya quedado totalmente pulverizado.
Interpretando que buena parte de la plataforma destruida se habría hundido a consecuencia de la onda expansiva, submarinistas de la Marina inspeccionaron ayer, sin resultados, el fondo del puerto, a la búsqueda de restos del embarcadero. En círculos militares se especulaba ayer tarde con la posibilidad de que el artefacto, que pesaba muchos kilos, según informaon a EL PAIS, estuviera compuesto por trilita u otro potente explosivo.
La patrullera Tabarca, que posee una dotación de unos cuarenta hombres y efectúa misiones de vigilancia de la costa vasca en los límites con aguas francesas, tiene su base en Pasajes, donde fondea habitualmente.
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La bomba teledirigida a través del Puerto de Pasajes podría haber destruido a la patrullera 'Tabarca'
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Fuentes de la Marina indicaron que se ignoran los desperfectos que la explosión de la bomba flotante habría ocasionado a la patrullera Tabarca, atracada en Pasajes, "pero no descartamos que ésta pudiera haber sido hundida o volada, si la bomba, como algunos sospechan, hubiera sido de las denominadas de carga hueca". "Este", concluyó nuestro interlocutor, "no ha sido un atentado más, como el del pequeño artefacto que explotó en la Comandancia de Marina de San Sebastián hace tres semanas; éste es un hecho grave".
Las gestiones realizadas por EL PAIS ante la Guardia Civil, que dirigió las investigaciones, y el Gobierno Civil de la provincia, para confirmar la supuesta gravedad del atentado, dadas sus características y el nivel de conocimientos técnicos que supone, resultaron infructuosas.
El estampido, que sacudió en sus camas a los vecinos que habitan las casas próximas al muelle, resonó con acento multiplicador en toda la bahía de Pasajes. El embarcadero destruido era utilizado por las motoras que transportan viajeros a Pasajes de San Juan, localidad situada enfrente y que tiene un difícil acceso por tierra. Esta circunstancia hace pensar que el comando autor del atentado dirigió la embarcación bomba desde Pasajes de San Pedro, localidad comunicada con la nacional I y la variante de San Sebastián a la altura de Herrera, de la que la separan por carretera unos centenares de metros.
Reflejo de la guerra de Líbano
En cuanto a los dos artefactos que estallaron en Madrid y Barcelona, fuentes policiales próximas a la investigación de los hechos estiman que ambos atentados podrían haber sido realizados por alguno de los grupos palestinos que actúan en Europa, en relación con el conflicto de Líbano. La policía baraja esta hipótesis porque las entidades objeto del atentado están ligadas a empresas norteamericanas. El material utilizado para fabricar los dos artefactos era similar. La explosión de Madrid fue provocada por unos trescientos gramos de pólvora prensada, el mismo material que contenía la bomba de Barcelona.
La primera explosión se produjo a las 1.07 horas de ayer en Barcelona, cuando un artefacto de mediana potencia y fabricación casera estalló en los almacenes Sears de la avenida Meridiana de esta ciudad. El artefacto había sido colocado en una de las puertas del edificio que alberga los almacenes y que hace esquina con la calle de Dublín, informa nuestro corresponsal Enric Canals.
La explosión causó desperfectos. de mediana importancia en los citados almacenes y en las fachadas de tres casas de vecinos de la calle de Dublín. No hubo que registrar daños personales. No hay testigos del atentado, el cual no ha sido aún reivindicado.
Se da la coincidencia de que en el mismo edificio de los almacenes Sears se encuentran diversas dependencias de la editorial Amaika, propietaria de las publicaciones El Papus, Party y Balalaica. La editorial Amaika fue objeto de un grave atentado con explosivos en 1977, en el que resultó muerto el portero del edificio. La citada. editorial tenía su sede entonces en la calle Tallers. Sin embargo, fuentes solventes señalaron anoche. a este diario que era más probable que el objetivo de los autores del atentado fueran los almacenes Sears y no la editorial Amaika.
La bomba de Madrid hizo explosión junto a la entrada de las oficinas del Bank of America, en la esquina de la calle del Capitán Haya y la avenida del General Perón, junto al Palacio de Congresos y Exposiciones. El paquete estaba disimulado en una bolsa de plástico y colocado en unos setos próximos. El vigilante de la entidad había visto el objeto antes de que hiciese explosión, pero no le dio importancia, al confundirlo con una, bolsa de basura.
El estallido destrozó las cristaleras del banco, las ventanas del edificio y rompió unas lunas de la parte posterior del Palacio de Congresos. Poco después de producirse la explosión se personó en el lugar el alcalde de Madrid, Enrique Tierno.
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