El Gobierno mexicano crea un doble mercado de divisas

El Gobierno mexicano anunció a última hora del jueves la creación de un doble mercado de divisas: uno sometido a control oficial, para la importación de bienes básicos, y otro, dependiente de la ley del mercado, para las demás operaciones. Esto supone de hecho una segunda devaluación en menos de seis meses por una cuantía que por ahora resulta difícil de predecir y que, en gran parte, dependerá de la avalancha que se registre sobre el dólar.A primera hora de la mañana de ayer, los bancos instalados en el aeropuerto internacional de México permanecían cerrados a la espera de órdenes de sus respectivas centrales. Las compañías aéreas nacionales aceptaban cambios absolutamente dispares: cincuenta pesos por un dólar.

Los bancos comerciales restablecieron las operaciones de cambio poco después de las once de la mañana. La venta de dólares se fijó en torno a los 71 pesos. Expertos financieros aseguraban que la paridad del peso respecto a la moneda estadounidense se situará cerca de los ochenta en los próximos días. De confirmarse este pronóstico supondría que el dólar triplicó su valor en medio año. El cambio oficial del jueves estaba por debajo de cincuenta.

Al anunciar la decisión, el secretario mexicano de Hacienda, Jesús Silva, manifestó que la baja de las cotizaciones petroleras impide seguir financiando el déficit por cuenta corriente que genera la economía nacional. La disponibilidad de dólares no permite afrontar una creciente demanda, en gran parte especulativa, y esto ha hecho que el cambio sostenido por el banco de México no pueda mantenerse.

El establecimiento de un doble mercado cambiario traerá como consecuencia que las divisas obtenidas por la exportación de crudos se destinen a las importaciones de las que el país no puede prescindir, so pena de detener su desarrollo o provocar graves deficiencias, alimenticias. Este cambio se aplicará también al pago de obligaciones de la deuda externa, situada en los 85.000 millones de dólares.

Las divisas sobrantes entrarán en el mercado libre, sometidas exclusivamente a la ley de la oferta y la demanda. Las dificultades que México encuentra en los mercados financieros internacionales para conseguir nuevos créditos permiten vaticinar que habrá una escasez de dólares en circulación y que a esto corresponderá una permanente devaluación del peso.

La situación económica de México se vuelve crítica, y a ello contribuye de forma importante la creciente desconfianza en el paquete de medidas de urgencia adoptado tras la devaluación de febrero, que se mostró incapaz de detener la demanda de dólares.

Las alzas drásticas determinadas el domingo en los precios de la energía han desencadenado unas subidas generalizadas en todos los productos, sin que el Gobierno sea capaz de detenerlas. El objetivo de sanear la hacienda pública reduciendo los subsidios, ha originado nuevos movimientos especulativos en torno al dólar que obligaron a esta última devaluación.