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Unión Naval de Levante necesita 2.500 millones de inversión para garantizar su futuro

Los astilleros Unión Naval de Levante, que cuentan con 1.980 trabajadores, se encuentran en una crítica situación económica, sin salida a corto plazo, dado que el Ministerio de Industria y Energía ha rechazado el plan de ajuste presentado conjuntamente por la dirección y el comité de empresa.El citado ministerio mantiene la postura de aportar los 2.500 millones de pesetas que le fija el plan siempre que los accionistas, el más importante de los cuales es el Banco Central, se comprometan a efectuar una nueva inversión, operación que hasta el momento no han efectuado.

El comité de empresa, integrado por ocho miembros de CC OO, siete de CSUT, siete de UGT y tres no afiliados, se inclina mayoritariamente por solicitar a las autoridades la nacionalización de la factoría.

Dentro de este órgano, la central socialista mantiene en minoría la postura de que es preferible encontrar otra solución, de forma que se comprometa al accionariado y no se proceda, al menos en una primera etapa, a socializar pérdidas.

Retraso en el pago de las nóminas

Portavoces de UGT señalan como posible alternativa la firma de un convenio técnico y comercial entre esta empresa y Astilleros Españoles, dado que Unión Naval fabrica especialidades que no hace esta última.Ello supondría la ampliación de la cooperación entre ambas empresas, que se viene dando desde hace tiempo.

Unión Naval de Levante, que por su plantilla es el mayor de los astilleros clasificados como medianos y pequeños -los grandes pertenecen al sector público-, atraviesa probablemente el peor momento económico desde que fuese fundada, en la década de los años veinte.

Durante los últimos tiempos los trabajadores han venido recibiendo con retraso las nóminas y no cuentan con garantía de 'percibir las próximas.

El buque de pasajeros tipo ferry bautizado Ciudad de Valencia, que fue botado recientemente en los astilleros, no podrá ser entregado a la Compañía Trasmediterránea a finales de año, como estaba previsto, debido a que los proveedores, con los que la empresa tiene importantes deudas, no aportan los materiales necesarios ante la poca seguridad que se tiene de cobrarlos.

En este buque están trabajando 125 personas, cuando la actual fase de construcción exigiría la plena dedicación de unas ochocientas.

En parecida situación se encuentran el resto de los buques en construcción, y no hay ningún contrato firmado para construcciones futuras.

Los trabajadores de Unión Naval se han manifestado frecuentemente en Valencia durante los últimos tiempos.

Varias veces lo han hecho ante la sede del Banco Central, del que, como accionista mayoritario, piden una solución, ya que también se encuentra entre los acreedores de la empresa.

El pasado día 20 de julio los trabajadores se manifestaron ante el palacio de la Generalidad para pedir una entrevista con el presidente del Consejo preautonómico, Enrique Monsonís, y fueron violentamente disueltos por la Policía Nacional.

Un trabajador resultó con heridas gravísimas al ser atropellado por un automóvil cuando pretendía evitar la carga Policial. A consecuencia de aquel accidente debió ser hospitalizado, situación en que se mantiene desde entonces, sin haber superado el estado de coma profundo.

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