_
_
_
_
Confusa situación diplomática tras el documento de la OLP

Estados Unidos quiere que los palestinos reconozcan explícitamente al Estado de Israel

Estados Unidos no reconocerá ni negociará con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) hasta que ésta no reconozca claramente el derecho a la existencia del Estado de Israel y las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, votadas al término de las guerras de Oriente Próximo de 1967 y 1973. Tal es la posición oficial de la Administración Reagan, expresada por el portavoz de la Casa Blanca, Larry Speakes.

Speakes formuló este comentario a raíz de la declaración del líder palestino, Yasir Arafat, de reconocer y aceptar todas las resoluciones de las Naciones Unidas sobre la crisis entre árabes e israelíes.Pero, al margen de la posición oficial norteamericana, es indudable que se ha dado un paso más hacia las posibles negociaciones directas entre la OLP y Washington.

"La declaración de Arafat no supone ningún cambio sustancial", afirmó a la Prensa un alto funcionario de la Casa Blanca que no quiso ser identificado. Insistió en que la OLP debe especificar claramente el derecho a la existencia del Estado de Israel, junto con las demás implicaciones del plan secreto de Estados Unidos para una paz en Oriente Próximo.

El fondo del problema

El problema de fondo es que las resoluciones de las Naciones Unidas (la 242, de 1967, y la 338, de 1973) comportan simultáneamente el inicio de negociaciones "entre todas las partes interesadas", punto que supone para Israel el eventual reconocimiento, a su vez, de la Organización para la Liberación Palestina. La continuidad de los bombardeos sobre Beirut durante toda la jomada del lunes demuestra inicialmente el caso omiso del Gobiemo israelí -que parece corroborar la Administración Reagan- a la nueva propuesta de la OLP.

Los planes de un reconocimiento simultaneo entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina parecen difíciles de cristalizar, debido a que Tel Aviv se opone a reconocer la existencia de los "terroristas" de la OLP.

Tampoco facilita la tarea a la Administración Reagan, desde el punto de vista de polítíca interior, la revelación de que el enviado especial del presidente Reagan a Oriente Próximo, Philip Habib, cobra como consultor de la firma de ingeniería Bechtel, calificada como proárabe, por sus intereses económicos en Arabia Saudí y otros países de Oriente Próximo.

Por el contrario, los medios políticos norteamericanos parecen menos sensibles al hecho de que la población civil de Beirut sufra a diario bombardeos israelíes con material militar suministrado también por otras empresas norteamericanas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_