Camiones cisterna suministran el agua a amplias zonas de Extremadura y Ciudad Real

En este momento se contabilizan en Ciudad Real trece poblaciones en situación de alerta roja, habiéndose llegado en total a unas 20 en lo que va de año, cifra ligeramente inferior a la registrada en las mismas condiciones el año pasado, según informa . Las trece localidades son Agudo, Almadén, Almagro, Brazatortas, Calzada de Calatrava, Cázar, Navas de Estena, Solana del Pino, Villamanrique, Cabezarrubias del Puerto, Valdepeñas, Navalpino y San Lorenzo de Calatrava, la mayoría de ellas situadas en la parte más meridional de la provincia. El total de habitantes afectados por las restricciones oscila alrededor de los 60.000.A su vez, las poblaciones con un abastecimiento medio diario de unas ocho horas, qué los técnicos de la Dirección General de Protección Civil denominan estado de alerta azul, son Alcubillas, Almadenejos, Horcajo de los Montes, Montiel, Puebla del Príncipe, Almedina, Villamayor y Alamillo, casi todas ellas a punto de engrosar en las próximas semanas la fatídica lista antes señalada.

Los recursos más eficaces puestos por Protección Civil al servicio de las localidades mas necesitadas (Cabezarrubias, Valdepeñas, Almadén, Almagro, Solana del Pino, Cózar y Agudo) es el uso de nueve camiones-cisterna que recorren todos los días la zona, en la que viven cerca de 50.000 manchegos. La capacidad media de estas cisternas oscila entre los 25.000 y 30.000 litros de agua, que, multiplicados por las cuatro cargas que efectúan diariamente, arroja una cifra de más de 100.000 litros diarios por camión. El uso de cisternas ha sido una medida adoptada por la Dirección General de Protección Civil en aquellos casos en que los límites de abastecimiento se reducen a menos de 25 litros de agua por habitante y día, Los gastos de transporte y mantenimiento corren a cargo de la propia Dirección, en tanto que los ayuntamientos afectados sufragan los costos del agua propiamente dicha.

Los cuatro embalses pertenecientes a la cuenca del Alto Guadiana han descendido considerablemente de nivel en los últimos días, situándose la capacidad media de sus disponibilidades totales de agua embalsada en poco más del 37%. La presa con menos agua es precisamente la de mayor capacidad, La Torre de Abrahán, que se halla a menos del 17% de su tope máximo.

Al recorrer estos pueblos manchegos tan maltrechos por la sequía y por la escasez de agua se explica la razón de ser de este mal del agua. Y ésta no es otra que la muy deficiente infraestructura hidráulica de que disponen todos ellos. Cuando no se trata de que el embalse que los abastece se ha quedado obsoleto, ridículo para atender sus mínimas necesidades, resulta que prácticamente se secan los escasos manantiales y pozos artesianos existentes, o se hacen inversiones que resultan inútiles en sondeos fallidos, o se rompen las vías de suministro del preciado líquido, como ha ocurrido en Almagro. Y por si fuera poco, todas las viviendas de estos municipios de unos años para acá instalan sus propias acometidas de agua, sin haberse ampliado convenientemente la red de abastecimiento municipal.

Estos dos últimos años secos que está padeciendo esta zona han dado al traste con la infraestructura hidráulica existente, y los resultados a la vista están.

Ocho pueblos de Extremadura carecen por completo de agua

Valle de Matamoros, San Pedro de Mérida, Villafranca de los Barros, Aldea de Pallarés, Santiespíritu, Fuente de Cantos, Berlanga y Fuente del Maestre son los pueblos más afectados por la sequía de las 48 poblaciones extremeñas en alerta roja y azul. Los abastecimientos y pozos del término municipal -informa Jeremías Simón- carecen por completo de agua, por lo que ésta ha de serles suministrada mediante camiones cisternas que diariamente recorren decenas de kilómetros. Fuente del Maestre, en la comarca pacense de Tierra de Barros, no sólo pasa por ser el pueblo de Badajoz con mayor índice de jornaleros en paro, sino también por ser uno de los que más sed padecen.

Cinco camiones cisterna llevan el agua al pueblo en una cantidad diaria próxima a los 200.000 litros, pero el problema", según comenta Antonio Zambrano, un joven maestro, "es que nuestro abastecimiento necesita al menos un millón de litros para disponer de la presión suficiente para que el agua alcance a las zonas altas de la localidad". Los meses pasan, la lluvia no llega, pero, en cambio, quienes sí acuden en masa son los emigrantes de Madrid, Cataluña, el País,Vasco, Centro Europa: "Son más bocas y, por tanto, menos agua a repartir", dicen los obreros del empleo comunitaria de Salvatierra de Santiago, la población cacereña más afectada por la sequía.

En este pueblo, exponente del típico secano extremeño, las colas de agua comienzan a las seis de la mañana: "Este pozo, aunque de manantial escaso ahora, da un agua muy buena y, mire por dónde, siendo en estos momentos una solución para el pueblo, hubo un tiempo en que lo quiso cerrar un cacique, porque estorbaba para hacer la entrada a sus tierras". Y añade: "Menos mal que don Santiago Ramón y Cajal, el que ahora sale en la televisión, aconsejó al Habanero, un antiguo alcalde, que no se le ocurriese hacerlo".