Música y ecología
Tiene Comerón un especial interés por definir los antagonismos que pueden existir entre la mentalidad de quienes gobiernan la vida de los menores y los que estos piensan sobre el mundo en el que viven y van a seguir viviendo. Su película anterior, Dos y dos cinco, señalaba la soledad de un niño olvidado por la intensa vida social de sus padres; La rebelión de los pájaros explica la razón de los mayores al destruir el medio ambiente por su mezquino afán de enriquecimiento fácil.Estamos, pues, ante una película ecologista. Sus planteamientos no son muy rigurosos ni superan el tópico pero tratan de sensibilizar al público infantil respecto a la necesidad de conservar la naturaleza. Las aventuras de unos niños dispuestos a lograr que los pájaros regresen a la ciudad donde ellos viven, dan pie a varias declaraciones de principios y a escasas secuencias de dramatismo imaginativo.
La rebelión de los pájaros
Guión y dirección: Luis José Comerón. Fotografía: Jaime Beracaula. Producción: Pepón Coromina. Intérpretes: Grupo Regaliz, Jorge Sanz, Assumpta Sema, Alfred Lucheiti, Jaume Sorribas, Montse Carulla. Española, 1982. Infantil.Locales de estreno: Palafox, Arlequín, Cristal Madrid
Comerón ha confiado más en el poder de la palabra que en la posibilidad de inventar imágenes. (En este sentido, los números musicales de Regaliz carecen de musicalidad visual, son chatos, obvios). No son ajenos a ello los escasos medios con que ha sido realizada, comunes, por otra parte, a la mayoría de las recientes películas españolas.
Buenos sentimientos
El público infantil que contempla La rebelión de los pájaros sigue con atención las peripecias de sus protagonistas, rie esporádicamente y se emociona con las situaciones de peligro. Es evidente que los buenos sentimientos volcados en el guión, la interpretación de los actores adultos y la necesaria ejemplaridad de la moraleja acaramelan la denuncia, pero es el camino por el que discurren quienes normalmente proponen cine especial para niños.En este sentido, justo es reconocer que Comerón se empeña en desmitificar su trabajo y de alejarse del oportunismo y la torpeza con que otros títulos infantiles aparecen de vez en cuando.
Babelia
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