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Consejo de Ministros

El Gobierno prueba un gasto de 300.000 millones en la compra de 84 aviones F-18A

El Consejo de Ministros aprobó ayer, a propuesta del ministro de Defensa, Alberto Oliart, la compra de 84 aviones cazabombarderos F-18A, de la empresa americana McDonnell Douglas, prevista en el programa FACA (futuro avión de combate y ataque). La operación más ambiciosa de adquisición de material militar efectuada por un Gobierno español supone un gasto superior a los 300.000 millones de pesetas al cambio de 1981, y las compensaciones económicas mínimas por parte de la firma norteamericana se cifran en 1.800 millones de dólares de este año (casi 200.000 millones de pesetas).

"Por las condiciones operativas y técnicas del avión elegido y por las contraprestaciones recibidas, la operación es un acierto", declaraba ayer el ministro Oliart en la ampliación del Consejo de Ministros. El ministro hizo primero una historia de la evolución del programa FACA desde su concepción, en febrero de 1978. En este sentido indicó cómo dentro de la primera y segunda fases se habían rechazado, por no reunir las condiciones exigidas de polivalencia en el programa FACA, los aviones Mirage 2000 y Tornado, cuyas empresas constructoras "no llegaron siquiera a hacer ofertas".Señaló Alberto Oliart que, a la vista de la ley de Dotaciones Presupuestarias para las Fuerzas Armadas, hubo que reducir el número de aviones previstos en el programa FACA, y fue en ese momento cuando se descartó el modelo de avión F-18L, más caro todavía que el F-18A, del que señaló que está aún en proyecto y que varios países han rechazado su compra. Se barajaron entonces dos posibilidades: si se aceptaba el avión F- 16C se adquirirían 96 unidades; si se optaba por el F-18A, la compra se reduciría a 84, dado el mayor coste por unidad. El ministro señaló que la elección final de este último aparato se había hecho fundamentalmente en base a sus mejores condiciones operativas y técnicas con respecto al F16C. Dijo en este sentido que el Ejército del Aire consideraba el F18A más apropiado en su misión primoridial, ataque aire-tierra, y en la secundaria, de interceptor. Se consideraba a este avión potencialmente superior al F-16 en lo que se refiere a la misión interceptora. Asimismo, los técnicos del Aire, según indicó el ministro, destacaron una mayor capacidad del F-18A para absorber tecnología y armamento nuevo.

Otro motivo alegado por los expertos habría sido la propia seguridad y volumen de pérdidas, y el índice de siniestros, que resulta ventajoso para el avión elegido. No ocultó el ministro que en la decisión final había contado el concepto coste-eficacia. Al referirse a las compensaciones económicas indicó "que no han sido decisivas, aunque sí importantes", y calificó dichas compensaciones como "suflicientes y aceptables en principio".

Comparó el compromiso global mínimo de compensaciones hecho por una y otra empresa norteamericanas en sus ofertas, que en el caso de la General Dynamics, constructora del F-16C, era de 1.440 millones de dólares de 1981, y la de la McDonnell Douglas, que se elevaba a 1.800 millones.

Pasa a las páginas 11 y 12

"El Gobierno español no se ha equivocado con la elección del avión F-18A", afirma Alberto Oliart

Viene de la primera páginaCon respecto a la cifra de compensaciones económicas por la operación de compra, señaló el ministro que fundamentalmente estas se canalizarán en inversiones y cofrabicación. En esta línea afirmó que las empresas españolas aeronaúticas y muy concretamente la CASA (Construcciones Aeronaúticas Sociedad Anómima) se verán favorecidas por la operación FACA, "muy al contrario de lo que se ha venido informando". En este sentido señaló que las empresas que como CASA se encargan hoy del mantenimiento de los Phanton y F-5, cuando estos aparatos se retiren de la circulación se encargarán del mantenimiento de los F-18A españoles e incluso de los americanos estacionados en el Mediterráneo.

La semana que viene una comisión del Ministerio de Defensa viajará a Estados Unidos para comunicar oficialmente a su gobierno la decisión de compra de los 84 aviones F-18A. Antes del 15 de agosto la cámara alta a norteamericana dará, así lo espera el Gobierno español, la autorización de compra, y entre septiembre y octubre el ejecutivo español y la empresa McDonnell firmarán la LOI (declaración de intención de compra). Se iniciará luego una larga negociación técnico-económica de ajuste de precios y condiciones de pago entre una y otra parte que concluirá, se calcula, siete meses después con la firma de la LOA (documento definitivo de compra). Treinta y seis meses después de la firma de este documento, es decir en 1986, la firma americana suministrará tres aviones al mes, calculándose que en ocho años se habrán entregado la totalidad de aviones adquiridos. La McDonnell enviará el próximo año dos aparatos de muestra, para entrenamientos.

Al referirse a las posibles presiones norteamericanas recibidas por el Gobierno español para la adquisición del avión F-18A, Alberto Oliart señaló: "No se han producido presiones en tal sentido y las que hubiera habido cabe decir que han ido más por el lado del F-16C que del F-18A". Expresó el ministro su convicción de que el Gobierno español no se ha equivocado al hacer la compra de los F-18A. "Era una decisión muy madurada después de dos años de estudios de los dos aparatos ofertados. Había, además, la necesidad de aprobar la compra ya que si se alargaba la decisión del Gobierno no nos respetaban los precios. En la decisión tiene que ver también la grave situación en que comenzaba a estar la defensa aérea El Gobierno cree que es un acierto esta compra, por las condiciones operativas y técnicas del avión y por las contraprestaciones ofrecidas. Hemos decidido comprar uno de los mejores aviones existentes".

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