Los precios de los alimentos
Me dirijo a usted con motivo de un editorial y de un artículo en el que se acusa al sector agrario de ser el principal causante de la inflación que padecemos, con el ruego de que se publique esta carta ya que en ella quiero aclarar conceptos para mejor información de la gran masa de lectores con que cuenta ese diario.En el mencionado artículo, del día 7 de los corrientes, se analizan los índices de precios de la alimentación, al considerar que los "productos alimenticios también empujan al alza" de los precios. En el editorial del mismo día también se recoge la idea de que "el componente alimentario del índice general de precios es el principal responsable del alza".
No se va a tratar aquí de justificar porqué en unas ocasiones -como puede ser la presentelos incrementos de los precios de alimentación pueden ir por delante de los incrementos de precios de otros sectores económicos. Es obvio y evidente que en los procesos inflacionarios permanentes todos los precios de todos los productos acaban por incrementarse cuando transcurre tiempo, pero, naturalmente, sería una enorme casualidad que lo hicieran todos al unísono. El silenciar las épocas en que la inflación continúa, aunque los precios de las materias alimenticias en producción experimentan solamente pequeñas subidas, para dar gran sonoridad a continuación cuando ocurre lo contrario es una costumbre que se viene repitiendo con frecuencia y que no va a ser el objeto de esta carta aclaratoria.
Lo que también es frecuente, por desgracia, es que algunos comentaristas, en su honesto quehacer de crítica, se entusiasman con algunos índices estadísticos que corroboran sus ideas, pero que, debido quizá a falta de sosiego y de profesionalidad, pueden llevar a conclusiones que no concuerdan en absoluto con situaciones pasadas. En realidad, lo ocurrido en estos últimos años con los precios percibidos por los agricultores y con los precios al consumo de los alimentos ha sido lo siguiente: en 1978, los precios percibidos se incrementan al 13,06%; el 6,51%, en 1979; el 3,09%, en 1980, y el 12,76%, en 1981. En estos años, los incrementos de precios de regulación en todos ellos superaron el 10%. ¿Por qué dice entonces el articulista que lo normal es que los precios percibidos por los agricultores vayan por delante de los de regulación? Pues, sencillamente, porque se retrotrae al período 1973-1978.
¿Por qué no sigue EL PAIS con el período 1973-1978 en los comentarios de su editorial? Porque en este caso está hablando de precios al consumo del mes de mayo, y ha visto que en mayo de 1980 sólo subió la media interanual de la componente alimentación el 6,23%. Resulta sumamente apetitoso referirse a incremento tan modesto. ¿Pero qué pasó en todos los meses de mayo de los años 1978 a 198l? En mayo de 1978 suben las medias interanuales el 24,74%,- el 12,32%, en 1979; el 6,23%, en 1980, y el 14,31%, en 1981. Pero la realidad de la evolución de los precios en consumo alimenticios se ve mucho más clara exponiéndola como hicimos con los precios percibidos: en 1978 crecieron el 14,85% en 1979, el 8,38%; en 1980, el 12,31%.; en 1981, el 13,88%. Todos estos incrementos del componente alimentación del IPC son inferiores a la evolución experimentada por el IPC general que varía para los mismos años 1978-1981 entre 16,57% y 14,56%.
Por cuanto antecede, quiero dejar bien claro que es sentimiento de todos que la inflación haya superado las previsiones de principio de año, ya que es obligación de todos luchar contra ella como contra el paro. Pero cuando se quiere descargar la culpabilidad sobre una parte de un sector que en los últimos años ha soportado una gran parte del costo de la contención de la inflación, como se demuestra por los datos aportados, no es justo, porque sabemos que hay otros factores externos que están incidiendo fuertemente en la situación y que pesan más que el componente alimentario. No quisiera ser reiterativo con más datos, ya que la única finalidad de esta carta es tratar de aclarar al lector la realidad del desarrollo de los precios al consumo y los precios percibidos por el sector agrario. Todo esto lo confirma la continua erosión que está experimentando la renta agraria en comparación con la renta media nacional. Si esto no fuera así, creo que la mencionada erosión de los últimos años de la renta agraria en relación con la renta nacional no se habría producido. / presidente del Fondo de Ordenación y Regulación de Producciones y Precios Agrarios (FORPPA). .
