Bellas Artes decide la continuidad del teatro Principal, de Burgos
El teatro Principal, de Burgos, un edificio isabelino de 1858 que el Ayuntamiento había decidido transformar en oficinas municipales con la oposición del Colegio de Arquitectos burgalés, 41 asociaciones culturales y las siete mil firmas recogidas por una comisión ciudadana surgida con tal motivo, seguirá conservando su uso primitivo, según manifestaciones del director general de Bellas Artes, Alfredo Pérez de Armiñán, quien ha señalado la decisión de su departamento de instar al ayuntamiento de Burgos a reconstruir la sala del teatro.
La opinión del director general de Bellas Artes es que, dado que la mayoría de los teatros anteriores a los años cuarenta han ido poco a poco desapareciendo, es de vital importancia conservar los que aún quedan. En los últimos años han caído, víctimas de la especulación del suelo, los teatros de Trujillo, Logroño, Pontevedra y los coliseos sevillanos España y Fernando.
El teatro burgalés, además de ser un elemento clave dentro de la arquitectura que constituye el centro histórico de la ciudad, se corresponde estructuralmente con los teatros de los siglos XVIII y XIX, incorporando todas las innovaciones conocidas para el teatro desde el siglo XVII, tales como el auditorio en forma de herradura, cinco pisos de palcos, embocadura entre el auditorio y la escena que por sus dimensiones permite representaciones de ópera.
Los teatros más similares al de Burgos son el de San Carlos, de Nápoles (1737); el teatro Regio, de Turín (1738) y, el Argentina, de Roma (1774).
Malestar en el Ayuntamiento
Al parecer, el punto que más ha afectado al Ayuntamiento, de las declaraciones del director de Bellas Artes, es el referente a la obligatoriedad de reconstruir la sala que dicha entidad municipal ha derribado en parte".Según ha manifestado a EL PAIS el concejal de Cultura, Enrique de Diego, una sanción de Bellas Artes al Ayuntamiento por los trabajos que ha venido realizando en el teatro resultaría incomprensible, puesto que "rescatamos el edificio de la ruina progresiva en que se encontraba, habiendo invertido ya treinta millones de pesetas en la restauración de cubiertas". No obstante, el carácter de obligatoriedad podría deberse al hecho de que, al parecer, en dicha reconstrucción se rompió el falso techo del teatro y el arco de embocadura, lo que quizá deba recomponer el Ayuntamiento.
En cuanto a la conservación del edificio en su integridad, el concejal de Cultura señala que "la demanda cultural de la ciudad no es tan cuantiosa como para requerir un teatro de las características del teatro Principal, cuyos gastos de restauración serían, por otra parte, altísimos". Caso de que Bellas Artes incoase expediente de valor histórico-artístico al teatro, se paralizaría el proyecto municipal, "pero su reconstrucción y mantenimiento deberán correr a cargo de los presupuestos de Cultura".
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