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Sin noticias del médico español secuestrado en Angola por UNITA

Ayer se cumplieron veinte días desde que fue secuestrado el médico catalán Fernando Sabaté por parte de UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola). El secuestro se produjo el pasado10 de junio, mientras Sabaté se hallaba en el hospital que la Iglesia adventista del Séptimo Día tiene en Bongo, a unos setenta kilómetros de Oambo (antes Nova Lisboa) y a seiscientos al sur de Luanda. Junto con Sabaté fueron secuestrados su esposa, Conchita Pérez Badía; el hijo de ambos, Fernando, de apenas tres meses; Victoria Duarte, enfermera argentina que trabajaba en el hospital, y los tres miembros de la familia Oliveira: los padres y un hijo de dos años y medio.

La familia de Fernando Sabaté, que reside en Barcelona, afirma no haber recibido noticias sobre el paradero de su hijo desde el día 23, cuando se la notificó desde Suiza que había sido secuestrado. A partir de ahí, todo ha resultado, por el momento, infructuoso, incluidas las gestiones de la Cruz Roja Internacional.El Gobierno español ha enviado dos telegramas a la Embajada en Angola para que intente aclarar los hechos, aunque fuentes diplomáticas españolas han reconocido las dificultades del caso, "porque los que le tienen secuestrado son los guerrilleros enemigos del Gobierno".

"Creemos", dicen sus familiares, "que el secuestro tiene como objetivo llamar la atención y darse a conocer, pero no entendemos por qué han elegido a Fernando y, sobre todo, no somos capaces de comprender que se utilice como elemento de intercambio político a un niño de pecho, cuya estancia en la selva no puede serle nada beneficiosa".

El niño, que se llama Fernando, como el padre y el abuelo, nació el pasado 19 de marzo, de forma que fue secuestrado cuando aún no había cumplido los tres meses. Los familiares de Sabaté viajaron a Angola con motivo, precisamente, del nacimiento del niño y permanecieron allí durante tres meses.

"Mi hijo", dice la madre, "no ha intervenido nunca en política, y cuando estuvimos allí pudimos comprobar el gran respeto que le tienen los nativos". El hospital disponde de cien camas y una consulta externa en la que se atiende "sin pedir la afiliación de nadie, porque muchos tampoco tienen".

Lo más sorprendente, siguen diciendo los familiares, es que la zona en que se halla el hospital estuvo durante bastante tiempo considerada como fronteriza entre las fuerzas gubernamentales y la guerrilla del UNITA; sin embargo, en septiembre del pasado año se retiraron los soldados del Gobierno y, "excepto algún grupo guerrillero que pudiera llegar a por comida, no parecía haber movimiento".

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Fernando Sabaté nació en Barcelona en 1951. Estudió Medicina primero, especializándose en Pediatría, y posteriormente Filosofía y Letras. Tras unos años en los que ejerció la medicina en Barcelona, solicitó de su Iglesia ser enviado como misionero a un país del Tercer Mundo. Partió para Angola en enero de 1980, y desde entonces ha regentado el hospital de Bongo. "Cuando él llegó allá", dice su hermano Juan, también médico, "el hospital apenas funcionaba; sólo había dos camilleros. Fernando lo puso en funcionamiento y creó una escuela de enfermería para los indígenas. Pensaba estar allí seis años, que era lo que calculaba que tardaría en dejar aquello en perfectas condiciones". Su mujer es natural de Ejea de los Caballeros y trabajaba como ATS y comadrona junto a Fernando.

La familia espera recibir algún tipo de información a través de la Iglesia adventista o de la Cruz Roja Internacional en el curso de la presente semana.

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