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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El déficit exterior

Leo en la página 45, edición 1 de junio, las manifestaciones de don Enrique Fuentes Quintana pronunciadas en el acto de presentación del número de Papeles de economía española dedicado al déficit exterior.El señor Fuentes señala, en diversas fases, el desaliento de la inversión privada industrial, la elevación de los costes financieros y la pérdida de valor de la peseta frente al dólar como elementos que son resultantes de las diferentes etapas de la crisis económica.

El que suscribe recuerda perfectamente que desde 1976 se viene diciendo que como nuestro endeudamiento externo era pequeño (unos 2.000 o 3.000 millones de dólares) en relación con el PIB, valía la pena continuar con dicha política con el exterior. Para ello se estimuló a las empresas privadas a salir en búsqueda de financiación adecuada para sus inversiones o gastos. Como el déficit presupuestario era inexistente se

optó por idéntica solución para cubrir el inicial y sucesivos de las administraciones públicas, incluidas las empresas del INI, que son las que pierden más dinero en valores absolutos y relativos.

Mientras tanto, en este país de los años posteriores se hacían ejercicios pedantes presentando con solemnidad bufa ante el Parlamento aparatosos planes económicos denominados PEG, cuya vida efímera resultó inferior a la de muchos insectos de las especies inferiores, se producía un desplome de tal magnitud en la actividad económica que si en un principio se hablaba o comentaba en la Prensa con detalle acerca de cuáles eran los ritmos de producción mensuales de acero, cemento, electricidad, automóviles, electrodomésticos, etcétera, hoy aparecen como notas anecdóticas, figurando en primer lugar con inusitado relieve tipográfico las relativas a emisiones de pagarés del Tesoro, certificados de relgulación monetaria, préstamos a interés variable..., todos ellos instrumentos para la galería, que no resuelven los problemas existentes. Un amigo mío me comentaba a título de anécdota que cómo se iban a resolver los problemas industriales si cada quisque pensaba en poner el cazo para cobrar su comisión y se asiste al entierro del empresario como si fuera el de la sardina.

Partiendo ele los datos enunciados en el párrafo tercero de mí parta, cuyo desarrollo más profundo exigiría muchas páginas y un volver a remirar el pasado reciente con detenimiento, el señor Fuentes Quintana llega a las conclusiones del párrafo segundo del presente escrito cuando a priori cualquier mediano observador podía haber previsto a dónde nos conducía el camino que hollábamos, ceteris paribus incluso.

Porque no es lógico que algunos se acuerden del endeudamiento exterior después de lo acontecido en Polonia y Rumanía, México, Argentina, Chile o Brasil y cuando lás empresas que presentan beneficios, por ejemplo Explosivos Río Tinto, son de tal manera ficticios que en el activo del balance los gastos amortizables y el fondo de fluctuación de cambios aparezcan con guarismos de muchos miles de millones de pesetas para amortizar con.futuros beneficios que no pasan de ser una hipótesis bien intencionada. No lo dice la auditoría de Price Werterhouse & Co., empero cualquiera puede comprobarlo a simple vista. ¿Es que nadie se había preguntado nunca que son precisamente los países más endeudados -habría que hilar mucho más fino que debiera entenderse dentro de las rúbricás de la balanza de pagos como capital a largo plazo- aquellos que con mayor frecuencia recurren a la devaluación de su signo monetario?/

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