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Quince traumatólogos, denunciados por abandono del puesto de trabajo e incumplimiento de horario

El día 1 de febrero de este año, el entonces director social de las Instituciones Sanitarias del Insalud de Tenerife, Salvador García Carrillo, que posteriormente sería destituido, dirigió al subdirector provincial de Servicios Sanitarios un informe , remitido después a los servicios centrales en Madrid, en el que insistía en el incumplimiento del horario establecido", el incumplimiento de "la permanencia en el puesto de trabajo" y el "abandono del puesto de trabajo sin la debida autorización" por parte de los médicos del Servicio de Traumatología. La inasistencia al trabajo había sido comprobada también "por el administrador de la institución, el administrador adjunto y por la enfermera-jefe".

Cuando un facultativo hace una guardia de veinticuatro horas tiene derecho a librar al día siguiente y a cobrar una unidad, equivalente a 8.277 pesetas, o a no librar y percibir el importe de una unidad y media, 11.777 pesetas. Los médicos a que alude el informe García Carrillo vienen, generalmente, cobrando unidad y media y además tomándose la compensación horaria, pero no al día siguiente de su servicio, sino diferentes días, en que acuden a trabajar a clínicas privadas.En el Servicio de Traumatología, dice el informe, todos los médicos "disfrutan de sus correspondientes días de descanso de los sábados y domin.Ros". Además:

- Miguel Olivares (jefe de sección), Antonio Rodríguez Hernández y Sebastián Rodríguez Hernández, médicos adjuntos, tienen sus días de guardia en la residencia y perciben los emolumentos de los ciclos de diecisiete y veinticuatro horas, "tomándose como compensación horaria, sin autorización ni fundamento legal alguno, los lunes". El doctor Cilivares figura en la nómina del aeropuerto de Los Rodeos, al que debe asistir, entre otros días, los lunes, día que se toma sin autorización.

- Facundo Hernández-Cabrera Oefe de sección) y los adjuntos José María Banús Romero y Casto Viejo Rivero tienen su guardia los miércoles, que se les paga en la forma correspondiente, y se toman sin autorización, como compensación horaria, los martes. El doctor Hernández-Cabrera realiza su función profesional los martes en la clínica Quibey. Los doctores Banús y Viejo, en la clínica La Colina.

- Fernando Planelles Gefe de sección) y los adjuntos Santiago Rodríguez Alvarez y Jorge Hodgson tienen su guardia remunerada (excepto el primero de ellos, que no las hace ni las cobra) los jueves y se toman sin autorización los miércoles. El doctor Rodríguez Alvarez realiza su función profesional los miércoles en un centro de Bajamar.

- Angel Merino Bartolomé (jefe de sección) y los adjuntos José María Martín Lanzona y Luis Siverio González tienen su guardia remunerada los lunes y se toman, sin autorización, los jueves. El citado jefe de sección acude a trabajar a la clínica Quibey.

- José María Callicó y Armando Brito Santiago hacen la guardia, por la que cobran los emolumentos correspondientes, los martes y se toman sin autorización, como compensación horaria, los viernes. El doctor Callicó figura en nómina en el aeropuerto de Los Rodeos, al que asiste miércoles y viernes. El primero lo compensa con las horas no cobradas del módulo correspondiente; el viernes se lo toma de forma no autorizada, "todo ello en completa incompatibilidad con la jornada que legalmente debe cumplir en nuestra institución". Precisamente en una inspección efectuada un miércoles de finales de,febrero de 1981 por el doctor Nerín, del grupo 1 de Madrid, éste citó al doctor Callicó y no se encontraba en la residencia.

El informe señalaba también la responsabilidad del jefe del Servicio de Traumatología, Mario Montequi, ya que las anteriores irregularidades no figuraban en el estadillo de incidencias, pese a que es su obligación.

Listas de espera y bajo rendimiento laboral

Salvador García Carrillo terminaba diciendo que "si se tiene en cuenta la lista de espera, comprobada por la inspección del doctor Nerín, de beneficiarios pendientes de ser atendidos en la institución y el escaso rendimiento laboral que se da en estos servicios, queda bien claro, sin lugar a dudas, que se tienen que tomar las medidas necesarias para corregir dicha situación".La llamada de atención que Salvador García Carrillo hizo en esta ocasión no era la primera. En un escrito al subdirector general de Personal de la Residencia, en abril de 1981, el director social hablaba ya de varios doctores del Servicio de Obstetricia y Ginecología que cubrían una jornada laboral desde las ocho hasta las once de la mañana y advertía que tal situación no estaba autorizada por norma alguna. En julio de ese mismo año, el administrador del centro daba cuenta a la dirección médica de que en las guardias de presencia física realizadas por los facultativos Alejandro Viota y Candelaria León, del laboratorio de Análisis Clínicos, "los días señalados como laborables figuran como festivos" y "corresponden en total sesenta guardias al mes y existen 61 en la relación en viada", lo que fue infor mado por García Carrillo, respecto a ambos doctores y, subsidiariamente, el jefe de Servicio, como faltas graves y muy graves.

Justamente un mes después de la fecha de emisión del informe, Manuel Parejo, director médico en funciones -hay muchos cargos en funciones en la sanidad de la provincia y, concretamente, suelen serlo los directores de la residencia Virgen de la Candelaria, que en 1981 cambió de director enfunciones seis veces-, comunicaba al director provincial de Servicios Sanitarios que quería cesar en su cargo porque en las investigaciones anteriores se había seguido "un procedimiento no reglamentario en el que se obvia la dirección médica".

Javier Carnicero, el último de los directores en funciones de la residencia tinerfeña, no entiende "por qué le han buscado esas vueltas al Servicio de Traumatología, cuando lo tenían organizado a su manera", y cree poder poner freno al absentismo laboral de los médicos. Las circulares, incluso de la Dirección General del Insalud, para que todo el personal cumpla los horarios se han sucedido desde hace más de un año. Ya en 1980 algunos jefes de departamento y servicio. firmaron un escrito en el que estimaban que el control de asistencia y permanencia "puede deteriorar la asistencia y las interrelaciones de clases en el seno del centro".

Al llegar el nuevo equipo empezó a pensar en poner en todos los departamentos unas listas, en las que figurasen con antelación las guardias de cada facultativo. Cuando se pregunta a Javier Carnicero si ha comprobado la utilidad de la medida dice que "yo no puedo pasar lista todos los días".

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