Los socialistas, en caso de ganar las elecciones, prohibirán la participación de las cajas en el capital de los bancos

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) está acabando de perfilar la parte correspondiente a las cajas de ahorro, dentro de su programa económico de gobierno. En ella, rectificará globalmente la ponencia aprobada en el XXIX Congreso, celebrado en octubre del pasado año, en la que se afirmaba textualmente que "se socializarán las cajas de ahorro y las cajas rurales, convirtiéndolas en sociedades anónimas con mayoría de participación en su capital del Estado, comunidades autónomas y corporaciones locales". Entre las propuestas que se estudian actualmente, y que están pendientes de aprobación por los órganos socialistas correspondientes, se manejan las tesis de aprobar en su día un decreto que diese a las cajas la finalidad de actuar como bancos regionales, limitando su expansión fuera de la región en que fueron creadas, convertir a la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) en una "caja de cajas" y prohibir la participación de las cajas de ahorro en el capital de entidades bancarias.

La redacción de lo referente a las cajas en el XXIX Congreso del PSOE fue considerada, casi inmediatamente después, como un error, y así lo explicó el secretario general socialista, Felipe González, en un almuerzo al que asistió acompañado de algunos de los expertos económicos del partido, con los dirigentes de la CECA. Quizá este vacío creado en el programa socialista sobre las cajas haya sido el causante de la expectación levantada sobre qué harán con dichas instituciones los socialistas en caso de llegar al poder en las próximas elecciones generales.Fuentes solventes del PSOE han proporcionado a este periódico algunas de las ideas básicas que el equipo de economistas está manejando sobre las cajas de ahorro, haciendo siempre el matiz de que el programa definitivo no está redactado y que cualquier propuesta habrá de ser aprobada en los organismos correspondientes.

Según los socialistas, las características que habrán de definir a las cajas en el futuro son las siguientes: instituciones de crédito (bancos en la práctica); de utilidad pública (lo que en la práctica permite eliminar el carácter de fundaciones privadas de aquellas no fundadas por corporaciones públicas); consejos de administración nombrados preferentemente por instituciones públicas elegidas democráticamente, aunque no de forma "aplastantemente mayoritaria"; reparto del control entre el Estado y las comunidades autónomas; ámbito de expansión local, provincial o de comunidad autónoma. "SóIo en casos consagrados de hecho y de forma excepcional se podrá superar el ámbito de una comunidad autónoma"; no tienen accionistas y no persiguen primordialmente el lucro; su finalidad básica es actuar como bancos regionales; desaparición definitiva de la distinción entre caja de ahorro de patronato privado y público.

En lo que respecta a la CECA, el PSOE entiende que no actúa apenas como órgano financiero de compensación y de apoyo a las cajas de ahorro, "a pesar de que ésta es una función que, si no le está expresamente encomendada, le está autorizada. Por otra parte, el Banco de España, que absorbió las competencias del extinto Instituto de Crédito de Cajas de Ahorro, en 1971, desempeña como un asunto marginal las que no se refieren directamente al buen funcionamiento y equilibrio financiero de aquellas, como son la gestión conjunta de la liquidez, apoyo al cumplimiento de los coeficientes y compensación en obra social".

Por todo ello, las cajas pequeñas y medianas, que no pueden gozar de las ventajas de la expansión fuera de la región, no cuentan con un órgano central que les apoye y les ofrezca servicios. Para el PSOE, se trata de crear una "caja de cajas", partiendo de las federaciones regionales, "que dé coherencia al conjunto de cajas dentro del sistema crediticio y sirva de intermediario con el Banco de España y con los grandes emisores de títulos públicos y privados -pudiendo, por ejemplo, representar al conjunto de cajas en los consejos de administración de estos últimos, es decir, las eléctricas-". Según los socialistas, "este planteamiento no será grato para las cajas más grandes, aunque ésta no es una dificultad importante".

Política general

Los socialistas, tienen también bastante confrontada una serie de principios sobre las cajas, cuya actualidad se pone de manifiesto en casos muy concretos: la expansión de cad.a entidad fuera de su región deberá ser pública, ya que la finalidad de las cajas no es crecer por crecer, en competencia incluso con otras cajas de ahorro; las fusiones sólo serán posibles entre cajas de una misma región o comunidad autónoma; las cajas realizarán toda clase de operaciones, pero con reservas. "No todas deben realizar todo tipo de operaciones. El objetivo es que sean entidades especializadas en las operaciones que su región demanda y no necesariamente bancos universales en todos los casos"; la participacíón de las cajas de ahorro en el capital de entidades bancarias será prohibida, etcétera.

En cuanto a los coeficientes, la dirección escogida por los socialistas es la siguiente: moderar, al menos por un tiempo, su descenso; flexibilizar su composición permitiendo en cada caja un límite máximo y otro mínimo para evitar la tradicional transferencia de fondos fuera de la región por parte de ciertas entidades; se limitarán los depósitos en el mercado interbancario y en la banca; se limitará la concentración de riesgos, especialmente con empresas eléctricas y corporaciones locales.