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Divergencias entre diversos departamentos ministeriales sobre una eventual subida del precio de los combustibles

La sensible depreciación de la peseta en la última semana ha espoleado la polémica interministerial sobre una eventual subida de los precios de los productos derivados del petróleo en las próximas semanas. El apreciable encarecimiento en pesetas de las importaciones de crudo que supone la caída de la moneda española frente al dólar -moneda de pago del petróleo- puede quitar razón a los argumentos del ministerio de Industria que, frente a las tesis de Hacienda y de algunos intereses sectoriales, incluídos los del Monopolio, mantiene que no es necesaria, por ahora, otra subida de los carburantes.

Según Industria, los precios establecidos en la última subida de los derivados del petróleo (julio de 1981) serían suficientes para mantener los ingresos fiscales establecidos en el Presupuesto para 1982 por este concepto. Para el ministerio, la baja experimentada en los precios internacionales del crudo durante los primeros meses del año ha permitido compensar casi totalmente el mayor coste en pesetas de las importaciones que ha supuesto la apreciación de dólar.En este sentido, y aún reconociendo que puede haber existido un desfase en los ingresos fiscales -que Hacienda sitúa en 20.000 millones a primeros de año, sobre el ejercicio de 1981-, la tesis de Industria es que el aumento previsible de los consumos a partir de mayo será suficiente para acabar de compensar, en el resto del año, este desfase y el que pudo producirse en los tres primeros meses de 1982, cuando los consumos de la gasolina experimentaron un ligero descenso en España frente a las cifras del año anterior.

Aumentan los consumos

Desde mediados de abril, sin embargo, el consumo de gasolinas (único producto derivado del crudo sometido a fuerte fiscalidad) ha experimentado un apreciable incremento, estimándose que puede ser del 2,5% acumulado para todo el año. No hay que olvidar, en este sentido, que los meses de mayor consumo de gasolinas son los del verano y este año, como consecuencia de la mayor afluencia de turistas que puede suponer el Mundial de Fútbol, el incremento del consumo puede ser incluso superior.Las estimaciones de Industria, sin embargo, son anteriores a la importante depreciación de la peseta de la última semana, cuando el dólar, como consecuencia de los reajustes en el Sistema Monetario Europeo (SME), ha vuelto a apreciarse del orden del 10% adicional sobre la cotización media de la peseta del último mes. Por otro lado, el techo del dólar con relación a la moneda española no parece que se ha alcanzado todavía, a juzgar por el descenso de casi un punto que experimenta diariamente.

De continuar esta depreciación, o de situarse ésta en los niveles actuales - 110 pesetas/dólar-, la revisión de los precios de los carburantes se haría forzosa, según coinciden diversas fuentes consultadas. Con un dólar a este nivel, estaríamos a veinte puntos por encima de la paridad sobre la que se basó el reajuste de julio de 1981 y que fue de 90,35 pesetas. Por el contrario, el precio del barril de crudo importado, fijado en torno a los 35 dólares en la última subida, ha vuelto a rondar dicha cantidad después de haber bajado a cerca los 32 dólares.

La eventual subida de los carburantes es causa también de enfrentamiento en el sector petrolero. Algunos refinadores estiman que una subida de los precios produciría un retraimiento en sus ventas, ya seriamente disminuidas (un 20% durante los cinco primeros meses de este año) como consecuencia de la sustitución de consumos de fuel en la generación de electricidad y en ciertas industrias. Por otro lado, otros medios del mismo sector señalan la necesidad de repercutir en los precios todos los aumentos de coste que se produzcan, vengan éstos por el lado del precio mayor o por la depreciación de la peseta.

Todo el problema de los precios parece estar supeditado a la próxima liquidación de Campsa a las refinerías, que podría producirse en los próximos días. Según fuentes informadas, Campsa ha elaborado un papel con esta liquidación (correspondiente al pasado ejercicio) y que se eleva a unos 17.000 millones de pesetas. Esta cifra, sin embargo, debe ser negociada todavía entre Hacienda e Industria.

Butano pide aumento de precios

La depreciación de la peseta está causando trastornos a otros subsectores petroleros, como es el caso de los gases licuados derivados del grupo y al natural. Para éste último está claro que la depreciación de la peseta está encareciendo las compras en Libia y Argelia, pero donde más se nota es en el butano. En este sentido, fuentes solventes han señalado que Butano, SA, ha solicitado oficialmente, en Industria, una revisión de sus tarifas para adecuarlas al mayor costo.Según las mismas fuentes, la apreciación de la peseta ha significado un desfase de quinientos millones de pesetas en la recaudación por ventas de esta sociedad, sólo en el ejercicio de 1981. Este desfase, según parece, es consecuencia también de la retirada de la subvención que esta empresa tenía antes y a la que renunció una vez que se aceptara el principio de adecuar sus tarifas a los costes reales del mercado.

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